Leif Larsen fue, sin dudas, el personaje más singular de nuestro balneario. Hijo menor de 11 hermanos de una familia danesa, conformada por su padre Pablo Cristian Larsen y su madre Hingrid Helene, Leif nació el 5 de febrero de 1928 en Aparicio (partido de Coronel Dorrego) y visitaba Monte Hermoso desde muy pequeño.
Se conoce que llegó a nuestra ciudad a principios de la década del ’50 y en ese momento no se dedicó a la pesca artesanal -profesión que lo haría luego en un personaje popular- sino que trabajó en obras de construcción de carreteras y la fabricación de bloques.
Comenzó a usufructuar la pesca en 1960. Eran muchos los que pedían y escuchaban los consejos del «Vikingo», puesto que nadie sabía más que él sobre las mareas, el clima y los sectores donde había que conseguir los codiciados peces.
No resultaba difícil encontrarlo; ya sea en sus caminatas por la ciudad o al borde de la orilla del mar, donde Leif era esperado por una decena de perros que anhelaban los cariños de su amo.
Pero no sólo era reconocido por su conocimiento de la pesca, sino también por su amplia cultura general.
Cuentan que era un especialista en palabras cruzadas. Uno de sus hermanos supo testimoniar que se lo pasaba con los diccionarios y con los libros, y que en el campo donde vivían contaban con una biblioteca de más de mil ejemplares.
Ninguno de los hermanos Larsen concurrió al colegio primario, aunque una profesora particular les brindaba enseñanzas en el campo, que era propiedad de su padre.
Falleció el 6 de agosto de 2003, producto de un paro cardíaco, tras padecer un delicado estado de salud durante algunos años, incluso agravado por un progresivo cuadro senil.