Como ya hemos analizado en una nota anterior, aunque ha habido numerosos intentos por imprimirle la Denominación de Origen (DO) a varias de las singulares ofertas turísticas y productivas que ofrece la región, hasta el momento ninguno ha prosperado.
Resulta inverosímil que con diversidad de actividades y desarrollos productivos, con más de diez parques industriales, un polo petroquímico y dos puertos, el extenso territorio que compone el sudoeste bonaerense no posea algún producto o servicio con identificación propia.
Una de las explicaciones a esto, podría encontrarse en la falta de definición concreta respecto a los límites geográficos de esta zona de la provincia. El rector de la Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO), Hernán Vigier, señala que “en la actualidad no hay una definición inequívoca del Sudoeste bonaerense. La ley del Plan de Desarrollo del Sudoeste Bonaerense incluye a 12 municipios de la región, y en algunos casos, solo algunos de los cuarteles de dichos distritos.
“Otra definición la asimila la Sexta Sección Electoral, muy cercana a la región definida en la ley de creación de la UPSO”, detalla, y opina que “sin un consenso sobre la definición territorial, es imposible avanzar en la generación y el posicionamiento de una marca”.
Para Vigier, ese sería el primer paso a seguir para luego “identificar las principales actividades, recursos y características del SOB, que lo diferencien de otras regiones a nivel provincial y nacional”.
Marcelo Champredonde, investigador del INTA y referente nacional e internacional en valorización de productos locales, especialmente mediante Denominaciones de Origen y otros sellos de calidad, indica que para que exista una marca “tiene que haber un colectivo de productores del sudoeste bonaerense que manifieste su identidad y sus particularidades”.
Según el especialista, “entender el surgimiento de una actividad que se instala como cultivo, como producto y en el consumidor mismo, más las políticas públicas o las acciones colectivas que tiendan a hacerlo conocer de manera específica, son formas de valorarlo y de posicionarlo”.
Para que esto sea posible, Champredonde cree que debería haber una cámara de productores con una representatividad regional. “El objetivo debería ser informar lo que ellos producen y hacer más actividades de difusión, de comunicación y de educación al consumidor en las escuelas, porque ayudarían a proyectar mejor al sector”, explicó.
En el mismo sentido, el economista y docente de la Universidad Nacional del Sur (UNS) y de la Tecnológica (UTN), Martín Goslino, apuntó a la necesidad de agrupar la oferta. “Con algunos productos ya se ha trabajado respecto de una marca regional, aunque siempre de forma individual. Pero acá existe el Plan de Desarrollo del Sudoeste Bonaerense y, en ese marco, entiendo que se podría hacer algo en conjunto. En realidad, es el formato ideal, aunque esto no excluye que primero se debe trabajar muchísimo en cada una de las cadenas”, manifestó.
El Plan de Desarrollo del Sudoeste Bonaerense
El citado proyecto nació en 2005 y quedó plasmado en una ley aprobada por unanimidad (Nº 13.647) dos años más tarde. Fue elaborado por entidades agropecuarias confederadas, de asociaciones agropecuarias zonales y regionales, el INTA, la Universidad Nacional del Sur, la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca, los gobiernos municipales y el provincial y vecinos de la zona.
La norma declara al sudoeste bonaerense como una región naturalmente seca, que forma parte de las regiones semiáridas y áridas del país, con un clima que no es el típico de la pampa húmeda que ocupa mayoritariamente la geografía provincial.
En este contexto, se propuso establecer estrategias de transformación de la región con instrumentos perdurables que superen a las políticas que cada administración del gobierno provincial pueda tener.
Para esto, se conformó el Consejo Regional para el Desarrollo del Sudoeste Bonaerense, con representantes del gobierno bonaerense; los municipios de Adolfo Alsina, Bahía Blanca, Coronel Dorrego, Coronel Pringles, Coronel Suárez, Coronel Rosales, Guaminí, Patagones, Puan, Saavedra, Tornquist, Villarino y Monte Hermoso; la Corporación de Fomento del Valle del río Colorado (CORFO); el Banco Provincia; las comisiones de Asuntos Agrarios de la Cámara de Diputados y del Senado de la Legislatura bonaerense; la Universidad Nacional del Sur (UNS); la Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO); el INTA; Carbap; CONINAGRO; la Federación Agraria; la Sociedad Rural; la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca; el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca; la Facultad Regional Bahía Blanca de la Universidad Tecnológica Nacional; la Federación Económica de Buenos Aires (FEBA); y representantes de la agricultura familiar.