El crecimiento que ha experimentado la ciudad en el último tiempo trajo consigo algunas problemáticas novedosas.
Una de ellas, el desequilibrio entre la necesidad de alquilar de forma permanente y la escasez de oferta para responder a esa demanda creciente.
Por estos días, es común leer anuncios que proliferan en distintos sitios locales de la red social Facebook en los que varias personas manifiestan su urgencia por encontrar una vivienda en alquiler para todo el año.
¿La razón? Además de aquellos que se desempeñan laboralmente en Monte Hermoso o que desean hacerlo, están los que analizan la decisión de radicarse definitivamente, ya sea porque buscan tranquilidad o seguridad, porque tienen un nuevo proyecto para llevar a cabo, porque es un buen lugar para criar a sus hijos, etcétera.
La contrapartida es que la mayoría de los propietarios que destinan sus viviendas a renta no están dispuestos a modificar la ecuación financiera: con dos meses en temporada (con suerte algo más) se obtiene un ingreso mayor que con un contrato extendido.
Además, evalúan que el riesgo de deterioro que puede producirse en la vivienda se reduce con alquileres temporarios. Se sabe, incluso, de quejas de propietarios por roturas o incumplimientos de las cláusulas de contratos anuales, situaciones que no es común con inquilinos temporarios.
Para colmo, quienes acceden a contemplar la posibilidad estiman el precio en un rango de 40 a 60 mil pesos mensuales cuando la mayoría de los interesados tiene ingresos que difícilmente puedan superar esos importes.
¿Y el Estado?
Para abordar la problemática el Estado dispone la construcción de viviendas de carácter social, que por un lado no son suficientes y por otro no están disponibles para cualquiera, menos para quienes recién se instalan, dado que se requiere comprobar 10 años de residencia para poder postularse.
Incluso, están los que no quieren vivir en una vivienda de este tipo, porque pueden acceder a casas o departamentos de otras características o por cualquier otra razón.
La situación, difícil de remediar, merecería algún empeño en la búsqueda de soluciones entre las partes involucradas con la necesaria intervención de autoridades municipales del área.
Producción periodística: Mónica Carmelino