Con la organización de la Asociación Hotelera y Gastronómica de Monte Hermoso, que conduce Estela Pintos, se desarrolló una capacitación sobre la temática «Concientización Turística en el Marco de la Sustentabilidad».
Estuvo a cargo del licenciado Damián Faccini, de la Federación Empresaria Hotelera y Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA), entidad que lo promueve.
Se dictó en dos jornadas teórico prácticas, la primera en el Centro de Convenciones y la segunda en el Hotel Boutique Confiar, de Costanera 50, en las cuales se realizó un abordaje integral de los principales conceptos en torno al turismo en general y a la actividad turística en particular.
A partir de una proyección en Power Point se abrió una oportunidad práctica de intercambio en grupos, que dio lugar, además, al análisis colectivo centrado en distintos puntos, perfil del turista, el ciclo del servicio, el sistema turístico, organización institucional, oferta y demanda, la experiencia turística, los momentos críticos, la empatía, empleo de ciertas técnicas de inteligencia emocional para regular situaciones, procedimientos para lograr equilibrios racionales y emocionales ante situaciones de conflicto.
Así pudimos saberlo por el aporte de la habitual colaboradora de este medio Denise Marini quien fue receptora de la capacitación.
“Lejos de ser ciudad turística”
Aprovechando que también participó de las jornadas la reconocida operadora turística montermoseña Bárbara de Amonarraiz, le requerimos su opinión acerca del evento.
“El curso fue excelente”, calificó, aunque lamentándose porque “los conocimiento que adquirimos, como en este caso, sobre el turismo sustentable, hoy llamado sostenible, son en muy buena parte inaplicables en nuestro medio”.
Según ella, “estamos muchos años atrás”. Enumera algunas de las falencias más notorias: “Acá no se elabora, todo ‘se importa’, de Buenos Aires; los empleados de los comercios no están preparados para el turismo, carecen de conocimiento de idiomas, de lenguaje de señas, del sistema Braille”.
La lista de Bárbara sigue: “No hay hoteles aptos para personas con discapacidades motrices, tenemos un gran crecimiento edilicio pero falta mayor infraestructura comercial y más oferta gastronómica”.
No se queda en el inventario de las falencias, propone: “Las autoridades municipales deberían pensar en medidas de mayor estímulo a los comerciantes y al mismo tiempo obligarlos a mejorar los frentes, las vidrieras; mejorar la calidad turística de la ciudad, planificando atractivos, como puede ser un shopping, mini cines, mini teatros”.
Concluye en que “estamos a años luz de ser una ciudad turística, es una pena, lo que ofrecemos es la playa y el mar, los amaneceres, los atardeceres… ¿y qué más?”
Y hablando de la actualidad, comenta que son muy escasas las consultas y las reservas para las inminentes vacaciones de invierno.