El español (o castellano) es la segunda lengua materna en el mundo por número de hablantes, detrás del chino.
Ciertamente, nuestra lengua es difícil y compleja (además de bella) y su aprendizaje y comprensión es todo un desafío, que debe alentarse porque está ligado al pensamiento creativo.
Una de las características que lo identifican es que la mayoría de las palabras de nuestro idioma se forman con la combinación de vocales y consonantes, aunque algunas sílabas pueden estar formadas solamente por la unión de vocales.
Cada sílaba se pronuncia como unidad de sonido: al-go; ma-de-ra; fes-ti-vi-dad.
Entre las curiosidades que presenta el castellano se encuentra la de una única palabra formada por tres letras y tres sílabas (trisíliba).
Para su identificación es necesario recordar los conceptos de diptongo (unión de vocales en una misma sílaba) y de hiato (separación de vocales en diferentes sílabas).
Algunos ejemplos de trisílabas con diptongos: Am-bi-guo; rui-do-so; vio-len-cia. Con hiato: sa-bí-a, ha-bí-a, pe-le-a, son-re-ír.
Es precisamente por esta última regla por la que existe una palabra trisílaba que cuenta tan solo con tres letras: oía, pretérito imperfecto del verbo oír, separada en tres sílabas: o–í–a.
Oía es también una de las denominaciones de un pueblo de la isla griega de Santorini (foto).
En cuanto a su acentuación, clasificada como palabra grave (o llana) tiene su sílaba tónica en la segunda letra. Otra curiosidad: la tilde y la separación en tres sílabas la convierten en una palabra con dos hiatos acentuales (í-a, o-í).
Erres (o eres)
Entre las más de 93.000 palabras que contiene el diccionario de la lengua castellana hay una que incluye cinco erres y que es de uso cotidiano por estos lares.
Se trata de ferrocarrilero, palabra utilizada en algunos países de habla hispana del continente americano como adjetivo coloquial de la palabra “ferroviario”, en su significado de “empleado de ferrocarriles”.
Ferrocarrilero, como ferroviario, fácil es deducirlo, deriva de “ferrocarril” (cuenta con cuatro erres), término que en su origen no se refería al medio de transporte como tal, al “tren”, sino que su significado estaba ligado a los rieles (raíles) por los que circulaba.