Con un gran potencial de espacios para conocer y de actividades para disfrutar, el sudoeste bonaerense crece en atracción como un recurso turístico de actual vigencia que despierta la fascinación de nuevos visitantes y vuelve a ser elegido por aquellos que ya han vivido su primera experiencia.
No es para menos, si sumamos a la singular belleza de la zona el hecho de que a poco más de 600 kilómetros de Buenos Aires y a una hora promedio de Bahía Blanca, podemos llegar tanto al mar como a las sierras o lo que suele hacerse y es bien recomendable, incluir ambos paisajes en el mismo programa.
Las bondades de la naturaleza, lograron concentrar en una región relativamente reducida, una singular alternancia de relieves y condiciones climáticas especiales. Si partimos desde los poblados serranos que se encuentran a más de 200 metros sobre el nivel del mar, hacia la costa atlántica, descubrimos una franja costera que ofrece playas únicas por sus características. En este amplio sector de generosa plataforma marina y escasa profundidad, la temperatura del agua es unos grados superior a la del resto de las playas de nuestro atlántico bonaerense. Esto se debe a una suerte de “turbulencia marítima” derivada de la corriente cálida del Brasil, que circula y fluye hacia el sur, influyendo térmicamente en la costa.
Estos son algunos de los factores que desembocan en la existencia de un ecosistema único, agradable y atractivo en su biodiversidad. En los días de buena visibilidad, se pueden divisar los cordones serranos, distantes unos 70 km en línea recta. A todo lo mencionado y como si esto no fuera suficiente, existen otras riquezas dignas de admiración como la “Reserva Geológica, Paleontológica y Arqueológica, Pehuen-Có-Monte Hermoso”, que atrae la atención de todo tipo de público.
Pensar en la playa siempre nos trae un recuerdo de sol y verano, pero no podemos negar que descubrimos nuevas e inolvidables experiencias, compartiendo allí caminatas con amigos, familia, mate y juegos de mesa en cualquier tiempo del año. En fin, la propuesta está abierta y espera a que vayamos por ella.
Ubicándonos ahora en el sistema serrano de Ventania, podemos destacar que esta formación constituye la estructura montañosa más “joven” de la provincia de Buenos Aires, remontando su origen a unos 500.000 años. A esto también debe su mayor altura, en comparación al sistema de Tandilia, cinco veces más antiguo y de menor envergadura, como consecuencia de la erosión milenaria.
La flora y fauna regional cuenta con especies nativas y exóticas. Las primeras fueron objeto de estudio por parte de Charles Darwin y sirvieron de base para fundamentar sus postulados sobre la teoría de la evolución, una tarea que sigue dando lugar a nuevos descubrimientos y ensayos por parte de especialistas a nivel mundial.
La variedad de agradables microclimas disponibles y un relieve de caprichosas formaciones rocosas, inspiran un sentimiento de respeto hacia la naturaleza y nos invitan a disfrutarla profunda y amigablemente.
Aquí podemos desarrollar actividades deportivas al aire libre como trekking, senderismo, excursiones, escalada, avistaje de aves, fotografía, cabalgatas, mountain bike, paseos urbanos o disfrutar de las variadas ofertas de agroturismo, turismo histórico y gastronómico.
A estas posibilidades, se suman otras tan diversas como interesantes entre las que podemos citar el recorrido y visita a establecimientos productores de vinos, mermeladas, olivares, nogales y plantaciones de aromáticas, por citar algunos de los emprendimientos que se encuentran en crecimiento y marcan una tendencia regional que promete alcanzar nuevos horizontes.
Gastronomía
La oferta gastronómica nunca se queda atrás y merece un apartado especial.
Hoy podemos disfrutar en las sierras o frente al mar de esmerados servicios de casas de té, picadas, platos gourmet, parrilla o pizzerías para todos los gustos y presupuestos.
Cada año se observa una apuesta creciente en todo lo que se refiere al sector turístico, tanto de parte del sector público como el privado.
Pero para resumir, podemos decir que toda descripción resulta pobre al lado de la experiencia personal de recorrer nuestro sudoeste: ese paisaje provinciano que nunca termina de gratificarnos con su natural belleza, su historia, su gente y su potencial.
Hoy por hoy, somos protagonistas de esta etapa que nos invita a hacer y disfrutar al mismo tiempo. Parte de nuestra riqueza como personas es saber descubrirlo.
Fuente: propia y Sexta Sección.