Resulta auspicioso observar que se están haciendo trabajos en las instalaciones de la sucursal céntrica del Banco Nación de Bahía Blanca, edificio seriamente dañado por el incendio ocurrido en julio de 2018.
Se sabía que la obra de «restauración y reconstrucción de la envolvente edilicia» del edificio de Estomba y Moreno había sido pre adjudicada a la empresa bahiense Probrás Bahía SRL, única oferente en la licitación de abril pasado, con un plazo de ejecución de 300 días corridos.
De todos modos, con la información disponible en la actualidad, se estima que pasará más de un año para que la sede principal de la entidad en la ciudad esté lista para volver a operar con normalidad.
Por estos días se advierte actividad de operarios en la parte alta del inmueble, inaugurado en 1921 y declarado patrimonio arquitectónico de la ciudad en 1994, sector que mayor destrozo registró en el siniestro.
Según las exigencias del pliego de la licitación, la restauración implica la puesta en valor de las fachadas reparando lo afectado por el fuego con énfasis en recuperar el diseño original del edificio –considerado una joya arquitectónica– respetando «sus detalles, el envejecimiento noble de los materiales» para «recuperar la lectura visual original».
Para cumplir con ese objetivo, se procederá al retiro de las capas de pintura aplicadas, buscando llegar al revoque original, cuya tonalidad será la que se adopte como terminación final; se reconstruirán las cúpulas, considerando su cierre con pizarras similares a las originales, según escribió Mario Minervino en la web de La Nueva.
Menciona también que el edificio dejará de lucir el blanco actual y recuperará el tono símil piedra, revestimiento propio de las primeras décadas del siglo pasado, terminación que admite varios tonos –grises, terracotas y ocres– de acuerdo a las proporciones de cemento, arena y minerales en polvo.
Además de la puesta en valor licitada, la entidad prevé la ejecución de otras tareas, como la instalación de un sistema de detección temprana de incendios, que incluye la colocación de rociadores, extintores e hidrantes; la restauración de la planta baja, el primer piso y el segundo, con una nueva disposición de oficinas y puestos de trabajo.
Agrega el articulista que se planteó la idea de generar un «espacio de valoración patrimonial» en el segundo nivel, el cual reunirá documentación, planos, fotografías y documentos del lugar que «servirá a la sociedad para tomar conciencia del valor del lugar, del incendio sufrido y de las obras realizadas», como otro de los objetivos de la entidad.