A través de un video difundido profusamente en las redes sociales se registró la aparición de una medusa de gran tamaño en un sector de la costa montermoseña.
Natalia Sánchez, directora del Museo Ciencias Naturales Vicente Di Martino, le confirmó a este medio que “se trata de una Drymonema, especie muy poco común de ver en nuestras playas”.
Explicó que se tienen “pocos registros de sus apariciones, algunos ejemplares en 2010, 2014, 2023, y este año; siempre en el mes de marzo y poca cantidad de dé individuos”.
Según la especialista, “como son ejemplares muy poco comunes no hay muchos estudios al respecto, motivo por el cual tenemos muy poca información”.
Es por eso, agrega, “que no ha habido oportunidad de determinar qué tipo de toxina tienen, solo se sabe que puede causar algo de ardor el contacto con sus filamentos”.
Década del 80
Natalia Di Martino, nuestra habitual colaboradora, se hizo eco de la noticia recordando, cuándo no, una anécdota que une a este tipo de medusas con su padre, creador del Museo de Ciencias que lleva su nombre.
“Una vez vinieron al museo –cuenta Naty– unos pescadores diciendo que habían visto una medusa de un metro de diámetro.
“Dim, que ya tenía una ardua lucha con las Olindias y con la gente que las quería ocultar, estalló en una carcajada. No les creyó.
“Recuerdo que los comparó con un cuento de Landriscina que hablaba de lo exagerados que eran los campesinos.
“Al día siguiente se embarcó con ellos y la vio. Tocó sus filamentos para saber si podían ser nocivas para las personas, pero no. No nos hacen nada.
“Volvió enamorado contando la hermosura de ese bicho.
“Por supuesto, en aquella época, sin redes, ni cámaras ni nada, era muy difícil difundir eso. Aparte, le pidieron amablemente (o tal vez no tanto) que intentara no hablar de ella.
“Mi papá bautizó a su medusa Esphantapelotudum Humanus”.