Parece mentira que la innovadora idea de aquellos “locos de la azotea” hoy cumpla 100 años. Porque no fue una idea casual ni fortuita. Fue el proyecto de 4 soñadores que plasmaron construyéndola con sus conocimientos.
Así surgió la que se considera la primera transmisión de radio, cuando el 27 de agosto de 1920 Susini, Guerrico, Carranza y Mujica transmitieron desde la terraza del Teatro Coliseo la ópera Parsifal, de Wagner.
Hasta hoy, que cumple sus primeros cien años. Un medio de comunicación que se construyó paso a paso con la pasión de los que la hacen pero también de la que la escuchan.
Un estudio, un micrófono y un equipo de transmisión. Y después…. Mucho talento. Así se hace un programa.
Así se llega a los hogares de cada radioescuha para formar parte de su cotidianeidad, de su vida, de sus sueños, descargos, llamadas, participaciones y construcciones que surge en el oído de cada oyente.
La radio fue, es y será el medio de mayor flexibilidad. Supo construirse a partir de los deseos culturales de aquellos primeros hombres, pasó luego la etapa de la construcción política, del relato en vivo de la historia, de la entrevista y el humor.
Cuna de artistas de teleteatro que del escenario se fueron al estudio de radio o viceversa, pero que le permitieron a la familia soñar a través de sus voces.
Redactor instantáneo de la noticia, de los hechos y de lo que era necesario saber.
Relator instantáneo del deporte popular. Desde aquellas primeras transmisiones deportivas de boxeo hasta los mundiales y el partido de los equipos de cada pueblo sonaron y estremecieron los parlantes de las radios con la pasión de lo que nos representa.
Lugar de encuentro con la música popular y con la cultura en general. Donde podemos escuchar una zamba y agitar el pañuelo bailándola en casa, hasta conocer el último corte recién grabado.
Propuesta que se escuchó en la a.m y en la f.m. y que supo –y tuvo- que deconstruirse y recontruirse para llegar hoy a las jóvenes generaciones a través de Internet.
La radio, la que siempre está. La que permanentemente tiene una propuesta que nos va a servir y acompañar en cada momento especial o cotidiano de nuestra vida.
La radio. La de la pantalla infinita, como infinito sea tu dial, tu imaginación, tu deseo, tu gusto por ser parte de su vida y ella de la tuya.
La radio, 100 años de amor infinito.