Luciana D’alessio vive en la Capital y, con su familia, tiene una historia de más de 50 años en Monte Hermoso. Su padre, con un socio, llevó adelante lo que fue el reconocido camping Montemar.
En los fondos del amplio terreno donde funcionó, poseen una construcción (complementaria de la propia) que fue usurpada en marzo de este año.
A la distancia, limitada su posibilidad de ocuparse personalmente, está viviendo la natural angustia por la situación que atraviesa, lo que al menos no le impidió presentar la denuncia, que tramita la Fiscalía 9 en la IPP 7860-2020.
Por la ayuda de amigos y vecinos fue conociendo detalles del delito contra su propiedad: los intrusos hasta instalaron durante un tiempo un taller que supone de herrería, rompieron un alambrado, robaron un portón de ingreso, talaron árboles vivos, incluso los de un vecino, en apariencia para vender la leña, y rompieron otras instalaciones.
“La cosa va lenta… los tiempos de la justicia son lentos”, se lamenta, “y los usurpadores (hasta donde pude averiguar, sé que es gente de Monte) siguen allí”, nos cuenta Luciana.
Para poder montar lo que deduce fue la herrería clandestina que menciona hicieron una conexión eléctrica ilegal que enlazaron al medidor ubicado en el frente de la propiedad, ubicada en Dufaur al 1400, con lo que el cargo por el servicio se le quintuplicó.
No sin vaivenes pudo resolver al menos ese problema, merced a la intervención del propio gerente de la Cooperativa Eléctrica.
Como logró instalar cámaras de seguridad para poder monitorear los movimientos, pudo comprobar también el robo de un vehículo Jeep, por eso no oculta su estupor cuando toma conocimiento de la categórica afirmación que formuló el intendente Dichiara acerca de que no hubo usurpaciones en el balneario.
Estupor y asombro por la actitud antagónica e inflexible que el mandatario asume ante los reclamos de los propietarios no residentes.