Como cada 7 de agosto, este miércoles se celebró el Día Mundial de los Faros, fecha instituida con la finalidad de reconocer y divulgar su importancia en la señalización marítima.
Con esa motivación, Néstor Machiavelli compartió en sus redes sociales un video y un texto evocativos del emplazado en nuestras costas, el Faro Recalada a Bahía Blanca.
Así denominado dado que indica a los navegantes el ingreso a la bahía bahiense y a su puerto, que fue inaugurado el 1 de enero de 1906, ocupa el primer lugar en Sudamérica entre los faros de estructura abierta, con 67 metros de altura.
Su construcción se decidió en 1904, utilizándose materiales provistos desde Francia por la empresa que erigió la torre Eiffel, estando su ensamble a cargo del ingeniero Luis Luiggi, quien también dirigió la obra de la Base Naval Puerto Belgrano en el vecino Partido de Coronel Rosales.
Escribió Machiavelli: A veces el Faro…
Ese título de la bella novela de Vera Palmeri, se actualiza porque este miércoles fue el día internacional de los faros. Estas estructuras metálicas o de cemento, construidas al borde de mares y océanos del planeta, que a lo largo de la historia han guiado a navegantes con esa luz intermitente, orientadora y salvavidas a la distancia.
Hoy, el mejor homenaje al Faro Recalada de Monte Hermoso sería darle una mano de pintura anti óxido, repararlo para que siga siendo el símbolo del balneario.
Este clip que comparto nuevamente también es en homenaje a la estructura metálica que llegó desarmada desde Paris y se forjó en la misma fábrica y con los mismos materiales que su hermana mayor, la Torre Eiffel, hoy símbolo planetario de los Juegos Olímpicos.
Música, «El niño que miraba el mar» del recordado Luis Eduardo Aute. Imágenes del video del Hotel de Madera, filmado en 1928 por Francisco Marsellan. Clip de Leif en la luminaria del faro, del archivo de Esas Pequeñas Cosas. Fotos de la familia Laurlund y toma con drone del faro al amanecer, del amigo Jorge Tirabasso.