Encabezado por el intendente Juan Chalde, este lunes 24 de marzo se llevó a cabo en el Parque de la Democracia del Vivero local el acto conmemorativo del Día por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Con la participación de una importante cantidad de vecinos y de representantes de instituciones de la comunidad, el director de Cultura, Cristian Demarco, tuvo a su cargo el discurso oficial.
El funcionario trazó un parangón con hechos acontecidos en Colombia en 1952 cuando el orden constitucional fue interrumpido por un golpe de Estado encabezado por el general Gustavo Rojas Pinillas; «de filiación conservadora, en un principio, fue apoyado por algunos sectores del partido liberal, partido civilista a ultranza y de una tradición democrática intachable», describió.
«Al ser consultado sobre por qué algunos liberales apoyaban un golpe de estado siendo que ellos eran civilistas, el profesor liberal López Mesa, contestó sabiamente: ‘lamentablemente, los liberables no están aplaudiendo la venida de Dios sino la huida del diablo’, ya que el presidente de ese momento, Laureano Gómez, era un hombre autoritario pero que había respetado siempre las reglas básicas de la democracia».
Demarco explicó la razón de comenzar con ese hecho histórico, «pensando en las palabras que iba a decir en este día tan caro a los argentinos y a los americanos», eligió esta reflexión «porque en este mundo convulso, donde parece que hay un hartazgo con la democracia y con las instituciones, que decimos que no sirve de nada, que decimos que hay regímenes y modelos no democráticos que son exitosos, en este momento es muy útil para que nosotros tengamos una vida civil desarrollada, con justicia, con paz, con libertad».
Enfatizó en que «el único camino es la democracia, no debemos cometer el error de aquellos inocentes que en su momento apoyaron regímenes autoritarios pensando que esa era la solución. La única solución para los pueblos, está demostrado, es la democracia».
Agregó el funcionario: «El 24 de Marzo de 1976 se produjo la ruptura más grave de nuestro orden constitucional y hubo sectores que aplaudieron la huida del diablo pero también la llegada de Dios y fueron esos sectores mezquinos con intereses sectoriales, que no pretendían una democracia perfecta sino que preferían sacrificar la patria, su aparato productivo, la vida de miles de ciudadanos, el deterioro de las relaciones internacionales, y otros sectores que vieron defectos en el gobierno constitucional anterior y no se dieron cuenta que el único camino era la democracia; faltaban nueve meses para las elecciones».
Dijo sobre el final que «afortunadamente, el pueblo argentino luego de siete años de esa noche oscura pudo recuperarse gracias a la lucha de innumerables ciudadanos que se pusieron de pie y enfrentaron la barbarie de la dictadura militar hasta que en 1983 nuestro pueblo recuperó la democracia y pudo volver a ser libre», para culminar arengando: «¡Viva la justicia, viva la libertad, viva la democracia. Detenidos, desaparecidos, presentes, ahora y siempre!».