A partir de la ley aprobada el pasado 14 de abril en la Legislatura bonaerense, los bares, boliches y aquellos establecimientos que se encuentren habilitados para la venta de bebidas alcohólicas en la provincia deberán proveer el acceso al agua de manera libre y gratuita.
Aunque en varios puntos bonaerenses ya empezaron a cumplir con la normativa, en Monte Hermoso la mayoría de los responsables de los distintos locales no aplicaron aún la iniciativa impulsada por el Ejecutivo provincial, en donde se sostiene que el acceso al agua es un derecho y que la medida adoptada es una de las principales estrategias para mitigar la intoxicación alcohólica y de otras sustancias psicoactivas.
El proyecto fue presentado por el titular de la cartera de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, quien pidió concienciación para que el acceso al agua sea igualitario en lugares donde comúnmente este recurso no venía siendo libre y gratuito.
De esta manera, los boliches, locales bailables, cantinas y pubs deberán “proveer y garantizar el acceso gratuito al agua potable suficiente y sin límite alguno”. Según la legislación, los dispositivos de expendio de agua tienen que ser “correctamente señalados” y ubicarse en puntos independientes al de los sanitarios.
Asimismo, el proyecto convertido en ley, que lleva la firma de la frentetodista Berenice Latorre, prevé que los establecimientos que brinden servicio de mesa, como restaurantes, deberán incluir y proveer una jarra con agua o una botella de al menos 250 mililitros de agua.
“Entendemos necesario realizar un abordaje integral de la nocturnidad, donde la hidratación cumple una función elemental. El agua potable no solo tiene que estar disponible sino que debe ser promovido su consumo como práctica preventiva y promoción de cuidados”, reza el texto que ya tomó carácter de ley en la provincia.
En cuanto al período de implementación, los establecimientos alcanzados por esta nueva ley cuentan con un plazo de 90 días a partir de la promulgación para su cumplimiento; de lo contrario podrían enfrentar “clausuras y sanciones económicas”.
Ante semejante panorama, este medio consultó a los titulares de tres comercios gastronómicos que brindan servicio todo el año en nuestra ciudad. ¿Cuál fue la respuesta? “No estamos enterados de la ley”.
Igualmente, contestaron un cuestionario de tres preguntas: 1) ¿Cuál es la ventaja para el local dar agua en forma libre y gratuita? 2) ¿Reduce el consumo de otras bebidas teniendo en cuenta que el que se siente a comer va a disponer de una jarra de agua en su mesa? y 3) ¿Tienen lugar para indicar el sector de aprovisionamiento de agua, es decir con dispensers visibles y para uso de todo público?
Roberto Maceira, restaurante La Estación (avenida Costanera y Borches)
“¿Ventaja? Ninguna, es un servicio más y el que se favorece es el cliente. Es una prestación obligatoria y nos debemos acostumbrar a recibir al que viene a almorzar o a cenar con una jarra de agua en la mesa. Como siempre, apostamos a la buena atención y a la satisfacción del cliente, el agua va a ser mineral, envasada y de la mejor calidad.
“Con una jarra de bienvenida de 250 mililitros servís dos vasitos y te sacás la sed, nada más. Puede suceder que alguien se siente a comer, aguante con esa agua y no pida otra bebida; seguramente va a pasar, pero ese recibimiento que nos exigen (jarra o botella en la mesa) va a quedar dentro del servicio que uno cobra. Muchos cobran cubiertos y la gente no se los lleva, esto va a ser igual.
“El agua es el rubro número uno en ventas, es lo que más se pide en el restaurante. Nosotros despachamos 10.000 cubiertos por temporada y la venta de agua envasada cuadriplica esa cantidad. El segundo producto es el agua con gas y en tercer lugar aparecen las gaseosas.
“Los dispensers están a la vista y por lo que leí, después del llamado de ustedes, el servicio que establece la ley debe figurar en la carta y en la cartelería del salón. Todos los que ingresan al restaurante deben saber que el despacho de agua es libre e indiscriminado. Cuando el comensal se sienta, el mozo tendrá que ofrecer el menú, la panera y la jarra de agua, como corresponde. Hoy en día contamos con dispensers en la cocina, en los vestuarios y en el comedor, seguramente agregaremos alguno más”.
Osvaldo Carbajo, Biguá restaurante (Laguna Sauce Grande)
1) “Veo perfecto que se fomente el consumo de agua, que en nuestro país es bajo. Se hidrata poco la gente. Por ejemplo, no son muchos los que toman agua entre copa y copa de vino y lo tendrían que implementar para bajar sulfitos y otros componentes que pueden ocasionar dolor de cabeza. En la laguna el agua es potable pero saladita, por lo que no gusta, por eso elegimos bidones de agua mineral. Es positiva la sanción de esta ley, nos debemos acostumbrar, en otros países el agua es parte del decorado de la mesa del restaurante”.
2) “No me parece mal una jarra de agua por mesa de la medida que establece la ley, porque es una manera para calmar la sed y la ansiedad de la gente. El que habitualmente toma agua con la comida, no consume menos de 500 centímetros cúbicos, así que no hay por qué preocuparse. No leí la normativa, pero entiendo que nadie va a estar todo el almuerzo o la cena pidiendo llenar la jarra de cortesía; no creo que nadie se anime a tanto. Se verá con el tiempo”.
3) “No están a la vista, pero el local cuenta con servidores de agua fría y caliente. En cuanto a la cartelería, si lo establece la ley habrá que aggiornarse. Trataré de poner indicadores y distintos exhibidores, no lo definí todavía. Dicen que van a controlar, pero hay tantas otras cuestiones a controlar antes que esto…”
Rosa D’ Anunzio, Café y Restaurante Aldea restó (Yatasto 602, peatonal Sansot)
1) “Más allá de la ley, en el local no le negamos el agua a nadie, ni siquiera a los que pasan corriendo o caminando y paran para pedir un vaso de agua. Utilizamos agua mineral para todo, es un servicio que pagamos teniendo en cuenta que es esencial para la salud del cuerpo humano.
“Algunos comparten un solo plato, mirá si no van a dejar de consumir otra bebida cuando saben que tienen agua gratis. Hay gente para todo.
“Lo de la jarra en la mesa no sabía nada y el dispenser lo manejo yo; al que pide le doy, porque si cada uno se para a cada rato para servirse agua el restaurante se convierte en un hormiguero de personas y no es conveniente para nadie”.
En el restaurante La Estación te cobran hasta el aire que respiras. Un termo de agua caliente para el mate $ 200 en marzo
Y porqué te lo iban a dar gratis? O vos le das ese servicio gratis a cualquiera? Largueros el pecho materno.