Con la temporada a la vuelta de la esquina, acechan los que intentan aprovechar la búsqueda de viviendas en alquiler para desplegar artimañas, engañar y estafar a los turistas.
Hay muchos modos que suelen utilizarse para falsear la realidad: propiedades inexistentes o que no les pertenece o fotografías que no corresponden a lo ofertado; electrodomésticos que no funcionan; deterioros en la infraestructura; capacidad para un número inferior de ocupantes que lo asegurado, etcétera.
Aunque es algo que lamentablemente se repite a pesar de las advertencias que se hacen, bien vale insistir con los consejos que brindan los expertos para evitarlo.
Hay un número significativo de operaciones que se tramitan entre particulares, que suelen utilizar grupos conformados en las redes, como es el caso del más numeroso en Monte Hermoso que administra la experta Bárbara de Amonarraiz, quien extrema los cuidados para verificar la veracidad de lo que se ofrece en alquiler.
No menos importante es lo que contratan las empresas que intermedian entre locatarios e inquilinos, por lo que resulta valioso atender a sus recomendaciones.
Desde el Grupo IBB, la red que nuclea a más de 40 entidades inmobiliarias con sede en Bahía Blanca sugieren “tratar siempre con un martillero y corredor matriculado y para ello está la web del Colegio que los agrupa”.
De todos modos, ante nuestra consulta, puntualizaron algunos aspectos que deben tomarse en cuenta para evitar sorpresas desagradables, lo que sintetizamos en los puntos que se señalan a continuación.
– Analizar quién es el que ofrece el inmueble, tratar de conseguir referencias, saber si se trata de un particular o de una inmobiliaria.
Tener en cuenta el número de teléfono, determinar a qué ciudad corresponde la característica. En cierto momento, se detectó que los comenzados en 261 y 299 estaban involucrados en operatorias fraudulentas.
– Solicitar el envío de más fotos de la propiedad. Si no hay respuesta pronta al pedido, lo aconsejable es dudar.
– Prestar mucha atención al precio publicado: lo barato puede salir muy caro. Un valor muy bajo es motivo de alarma.
– Procedimiento de reserva: lo usual es que se pida entre 20 y 30 por ciento de adelanto. Si piden más, motivo para dudar. Lo mismo si quien pide la seña se muestra apurado por recibirla.
– Acceder a la mayor cantidad de datos posibles del oferente, entre ellos, su domicilio y número de DNI.
– Visualizar la propiedad por medio de la aplicación Street View en Google Maps, como un cuidado adicional, ya que puede ser de relativa utilidad debido a que los tramposos también la utilizan para ponerse a cubierto.