«La seguridad y el bienestar de los alumnos son prioritarios y es responsabilidad de la institución educativa asegurarse de proporcionar un ambiente seguro y adecuado para el aprendizaje», sostienen los integrantes del Centro de Estudiantes de la Escuela Secundaria N°1.
Los alumnos se oponen a la decisión de permanecer en las aulas cuando los profesores se ausentan: «Nos encontramos en una situación en la que nadie está a cargo de nosotros», afirman.
No solo discrepan con la medida adoptada por Jefatura distrital sino que también disienten «con los padres que desean la concurrencia de sus hijos a la escuela», en la creencia de que «la presencia de profesores es esencial para garantizar una educación completa y enriquecedora para el ámbito secundario».
Entienden que «es importante reconocer que cuando hay más de cuatro cursos con horas libres al mismo tiempo, la carga de responsabilidad puede ser abrumadora para los preceptores, directivos, bibliotecarios; su trabajo principal implica otras tareas cruciales para el buen funcionamiento de la institución educativa y tampoco pueden darnos una clase de matemática porque no cualquiera están capacitado para eso».
Por esas razones piden «volver al acta de acuerdo que estaba vigente hasta este año y que por decisión de Jefatura distrital hoy tenemos que estar más de cuatro horas libres sin hacer nada, mientras Julio Bello propone que hagamos ESI, aprender a sacar el carnet y otros proyectos. Creemos firmemente en el valor de los proyectos como una forma de aprender, pero también es importante encontrar un equilibrio, porque nos parece que asignar proyectos que ocupan un tiempo excesivo, como tres horas o incluso todo el día, puede resultar un tanto abrumador y aburrido y que termine resultando que nadie haga nada», afirman.
«No estamos buscando involucrarnos en cuestiones partidistas o debates políticos, lo que buscamos es una educación que promueva la diversidad de pensamiento y nos permita crecer como individuos y como sociedad», aseguran. «Todos merecemos ser escuchados y tener una voz activa en nuestras vidas académicas. La participación de los alumnos en el proceso educativo no es solo un derecho, es una necesidad para construir un futuro próspero y equitativo».
Por último, señalan que su «compromiso con la educación es genuino» y que están dispuestos «a contribuir positivamente a la comunidad estudiantil y al crecimiento de nuestra institución».