Monte Hermoso es un lugar que parece pequeño pero que no lo es. Que parece que nació de casualidad y ni siquiera se puede establecer su recorrido histórico con certeza ni los motivos reales por los que la gente se fue quedando.
En rigor de verdad, a don Esteban Dufaur se lo reconoce como un visionario, que se empeñó en hacer de un montón de médanos un lugar digno de ser visitado y lo pudo pensar como una villa balnearia, y posteriormente como un pueblo con identidad propia.
Pero quizás le tocó esa suerte cuando su padre lo envió para estos lares, y como era un hombre joven y creativo asumió ese desafío consigo mismo y cual juego de casitas con barajas que las vuela el mínimo soplido o el movimiento leve de la mesa, construyó ese primer puente para acceder, detuvo el movimiento de los médanos con vegetación y apostó al futuro del lugar.
Después vinieron otros visionarios, tal vez con sueños más grandes que el de Don Esteban. Y construyeron un lujoso hotel. Muy lujoso para la época y para el lugar donde se emplazó, que aún tenía un clima inhóspito y estaba muy lejos de todo. Sin embargo, el Hotel de Madera se erigió firme y ostentoso frente al mar. Allí se construyeron maravillosas historias y tal vez más de una romántica y apasionada. Pero su vida fue breve. Distintas circunstancias hicieron que no prosperara.
Pero a pesar de ello, los hermanos Costa, ya habían planificado una ciudad. Ya habían diseñado el ejido urbano con todas las necesidades que un pueblo naciente precisa. Y a partir de ahí, el crecimiento fue constante y continuo. Ante todas las adversidades, los ciudadanos que se quedaron hicieron poco a poco la ciudad que hoy orgullosamente recepciona turistas de todo el país que se quedan deslumbrados con nuestras playas, nuestros atardeceres, nuestros paisajes y nuestra gente.
Así creció Monte Hermoso y así seguirá creciendo. Con propuestas humildes y grandiosas, con veranos bulliciosos e inviernos tranquilos. Con crecimiento constante y partidas provisorias. Pero con un conjunto de familias que deciden radicarse en el lugar.
Las calles de tierra ya son de asfalto. Los pequeños edificios de tres o cuatro pisos son la sombra de las grandes y modernas edificaciones de hoy. Ya casi no quedan terrenos sin edificar y la ciudad se extiende hacia el este. Los servicios públicos mejoran y las posibilidades educativas se convierten en la excusa para no irse.
Monte Hermoso cumple 46 años de creación como municipio autónomo de Coronel Dorrego. La fecha se celebra con alegría y participación del pueblo.
Se cumple un hecho importante: la inauguración de la Casa de la Cultura, en donde fuera el famoso Tico Tico, en la avenida Patagonia. Ese lugar que marcó una época y un estilo hoy, gracias a la cesión del predio y al trabajo e inversión económica del municipio, se constituye en la Casa de la Cultura. Y la fecha se celebra, el martes, a las 18, no solo con un acto inauguración sino también con la presencia de Nahuel Penissi.
Monte Hermoso seguirá siendo siempre la estrella del sudoeste bonaerense. El lugar elegido para descansar, soñar, respirar profundo y llenarse la piel y las pupilas del dorado majestuoso que cada día nos ofrece el maravilloso sol, que tiene la gracia de amanecer y atardecer en el mar.