El presidente argentino Javier Milei tomó medidas drásticas en relación con la Organización Mundial de la Salud (OMS). En primer lugar, ordenó la retirada de Argentina del organismo, fundamentando su decisión en profundas discrepancias con la gestión sanitaria de la OMS durante la pandemia de COVID-19.
Posteriormente, anunció que prepara una denuncia ante la Corte Penal Internacional contra el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, a quien acusa de crímenes de lesa humanidad.
La salida de la OMS se sustenta en la crítica de Milei hacia las cuarentenas prolongadas promovidas por el organismo. Según el mandatario, estas medidas carecían de respaldo científico y respondieron a intereses políticos.
Al respecto, el portavoz presidencial, Manuel Adorni, declaró: «Los argentinos no vamos a permitir que un organismo internacional intervenga en nuestra soberanía, mucho menos en nuestra salud». Además, desde el Gobierno se destacó que Argentina no recibe financiamiento de la OMS, por lo que la desvinculación no afectaría la prestación de los servicios sanitarios en el país, aunque algunos expertos advierten sobre el posible impacto negativo de la decisión en instituciones nacionales.
En cuanto a la denuncia contra Tedros Adhanom Ghebreyesus, Milei lo acusa de violar el artículo 7 del Estatuto de Roma, que tipifica crímenes de lesa humanidad, incluyendo actos de esclavitud y otros actos inhumanos que causan sufrimiento intencional.
Según el presidente argentino, las medidas implementadas durante la pandemia resultaron en actos inhumanos contra poblaciones civiles a nivel global.
Estas decisiones refuerzan la postura crítica de Milei hacia los organismos internacionales y su defensa de la soberanía nacional en materia de salud. La comunidad internacional sigue de cerca las repercusiones que estas medidas puedan tener en la relación de Argentina con otros países y con entidades globales dedicadas a la salud pública.