El poker es un juego que estimula múltiples habilidades mentales, de ahí que pueda suponer una fantástica escuela, al permitir entrenar aspectos cognitivos esenciales como el cálculo, la memoria, la concentración, el pensamiento a largo plazo e incluso a pensar con lucidez sin que nos nublen las emociones.
En las siguientes líneas desgranamos todos estos beneficios cognitivos asociados a jugar al poker.
1 – Capacidad de cálculo
El poker obliga a los jugadores a evaluar probabilidades de combinaciones de cartas, a calcular costes/ beneficios de ir o no ir en cada mano, a hacer números con los posibles botes que se pueden formar…
Además, todos esos cálculos los deben llevar a cabo con la máxima precisión y rapidez, celeridad que todavía se incrementa en modalidades como Snap, impulsada por la plataforma de juegos de poker de referencia y que consiste en reducir los tiempos de espera habituales, ya que se reciben nuevas cartas en cuanto el usuario se retira de una mano, lo que implica estar realizando cálculos constantemente, con lo que se potencia todavía más el entrenamiento de esta habilidad mental tan esencial.
2 – Entrenamiento de la memoria
Aunque el aprendizaje memorístico haya estado denostado en los planteamientos educativos recientes, quizás porque en modelos precedentes se abusaba demasiado del mismo, lo cierto es que la memoria sigue siendo una capacidad primordial, ya se trate de la de corto o largo plazo que podemos utilizar, por ejemplo, para preservar y consolidar conocimientos que luego servirán como base para la adquisición de otros.
Para jugar al poker las capacidades memorísticas juegan un rol fundamental, a la hora de tener presentes las cartas que van saliendo durante la mano, pero también para recordar partidas precedentes y establecer patrones, con base a desde cómo apuestan los rivales ante determinadas situaciones hasta por su manera de actuar ante los blufs o faroles.
Asimismo, se ejercitaría tanto la memoria a corto plazo para jugar en cada mano de una partida, como la de largo plazo, cuando es necesario tener presente lo sucedido en jugadas o torneos pasados.
3 – Mejora de la concentración y la atención
Para hacer cálculos rápidos y poder quedarse con todo lo que sucede en una partida es importantísima la concentración. En este sentido, el poker es un juego que demanda una atención permanente, permitiendo así entrenar una capacidad mental que se requiere de manera primordial en el ámbito académico, en el profesional pero incluso cuando de lo que se trata de disfrutar de un libro, una película o una serie, en un contexto en el que tenemos infinidad de distracciones, con móviles que acaparan nuestra atención, erosionando precisamente la capacidad que tenemos de concentrarnos.
4 – Toma de decisiones rápidas
Tomar decisiones rápidas bajo presión es algo inherente a muchas profesiones, particularmente si hablamos de puestos directivos y ejecutivos. De ahí, que el poker sea una fantástica escuela, al obligar a decidir en cada mano con base a la información disponible sobre cartas propias, comunes y las deducibles de los rivales, haciéndolo siempre en condiciones de incertidumbre, y calibrando tanto los riesgos como las recompensas potenciales.
Además, la toma de decisiones constante implica ejercitar las capacidades de pensamiento analítico y razonamiento lógico, dos capacidades cognitivas claves.
5 – Control emocional y manejo del estrés
Asimismo, el poker también permite entrenar la capacidad de pensar con claridad en situaciones estresantes, y en las que afloran emociones intensas como la euforia o la frustración por las ganancias o las pérdidas en las manos. Mantener el autocontrol y la lucidez bajo cualquier circunstancia es algo que siempre va muy bien, ante los distintos escenarios que nos puede deparar la vida, ya sea en el plano personal o profesional.
A todas las capacidades cognitivas descritas cabría añadir más como el cultivo del pensamiento estratégico, o las habilidades actitudinales y psicológicas básicas como la paciencia, la disciplina y la empatía, para interpretar el juego de los rivales de acuerdo a su posible situación anímica. Oponentes de los que también se puede aprender a leer su juego analizando su lenguaje no verbal…
Así, vemos que los aprendizajes obtenibles con el poker son múltiples, variados e importantes, siendo una fantástica vía de entrenamiento de herramientas cognitivas que serán imprescindibles a lo largo de la vida. Además, mantener esa agilidad de mente puede ayudar después a que la vejez sea una parte más de nuestro ciclo vital, no necesariamente un ocaso en el que se acelere el deterioro cerebral.
Todo lo visto refleja la riqueza que tiene el poker, que es mucho más que un simple juego sujeto al azar, como bien saben los numerosos jugadores de mútiples perfiles que lo juegan desde hace décadas, con una pasión que no declina pese a la proliferación de otros muchos entretenimientos, particularmente abundantes desde la irrupción de internet, que eso sí redimensionó la manera de jugar al poker al posibilitar hacerlo online.