El aislamiento social, preventivo y obligatorio (APSO) a causa de la pandemia de coronavirus desembocó en la crisis y la parálisis productiva de vastos sectores industriales. Uno de ellos relacionados con la producción tabacalera.
Una gran cantidad de fábricas han cerrado por lo establecido en el decreto de necesidad y urgencia que promovió el gobierno nacional, y sólo llegaron a distribuir el stock que tenían almacenado hasta ese entonces.
La preocupación es notoria para los empresarios de la industria, los distribuidores y el último eslabón de la cadena comercial que son los consumidores, quienes ya han notado la escasez o ausencia de determinadas marcas en los comercios.
En Bahía Blanca, según la palabra del kiosquero Juan Calandrini, el panorama no dista de la radiografía a nivel país, y esta circunstancia podría ser un «buen momento» para dejar el hábito de fumar con todo lo perjudicial que puede resultar para la salud.
«Cigarrillos no hay ni va a haber. No hay distribución, no hay entrega. La semana pasada se me terminó todo. El jueves recibí la última partida de lo más baratitos y volaron», señaló.
El comerciante aclaró que «no hay más stock ni en fábricas ni en distribuidoras».
Cabe destacar que dos de las principales tabacaleras del país, Massalin Particulares y British American Tobacco, solicitaron al gobierno poder ser exceptuadas del DNU y retomar sus actividades siguiendo un protocolo de prevención, aunque aún no han recibido respuestas.
«Los clientes cuando le decís que no hay, se van rezongando. Para la persona que fuma, la necesidad la tiene incorporada», aclaró Juan.
Consultado sobre si los consumidores apelan a otras mercaderías para suplir la ansiedad del vicio, el quiosquero subrayó que «muy pocos lo reemplazan con caramelos o chocolates», y en general «vienen, preguntan y se van».
Por último, sostuvo que es «una oportunidad excelente para dejar de fumar».
«Es un buen momento para dejar de fumar, comer caramelitos, chocolates».
Fuente: Bahia Telefe