En Argentina, como en todo el hemisferio sur, durante el mes de junio se da el fenómeno astronómico que marca el inicio de la estación más fría del año: el solsticio de invierno.
Los solsticios están vinculados a la inclinación del eje de rotación de la tierra y su distancia con respecto al sol. El invierno comienza en el hemisferio austral cuando «el polo sur se encuentra más alejado del sol que en cualquier otra época del año», según explica la NASA.
En paralelo, el polo norte se ubica más cercano al sol, por lo que la otra mitad del mundo celebra el solsticio de verano, acompañado de la llegada de los meses más calurosos.
Cuándo empieza
La fecha del solsticio puede variar levemente, pero siempre es entre el 20 y el 22 de este mes.
Según el Servicio de Hidrografía Naval este año el solsticio de invierno en la zona sur de la tierra será el miércoles 21 de junio a las 11.58, en la frontera del mediodía.
Este es el día considerado como el más corto o el que tendrá la noche más larga del año. A partir de entonces cada vez habrá más tiempo de luz hasta llegar al 21 de diciembre, el día más largo del año. Exactamente lo contrario sucede en el polo norte.
El alejamiento de la tierra respecto al sol no solo determina que haya menos horas de luz solar sino también un descenso en las temperaturas.
Uno de los motivos por el que muchos esperan con ansias esta época, especialmente en la infancia, son las ansiadas vacaciones de invierno, esas dos semanas sin clases que comienzan en julio.
Solsticio y equinoccio
Los solsticios y equinoccios son fenómenos astronómicos que se producen dos veces al año. Los solsticios marcan el comienzo del verano y del invierno, mientras que los equinoccios indican la llegada de la primavera y del otoño.
La diferencia entre ambos tiene que ver con la distancia entre el sol y el eje de rotación de la tierra. La órbita de la tierra no es circular sino elíptica y por eso tiene un eje mayor y uno menor: dos veces al año la tierra pasa por los extremos del eje mayor y otras dos veces por los del eje menor.
Rituales
Se afirma que la llegada del invierno es un buen momento para cambiar la energía y es por eso que hay quienes recomiendan algunos rituales populares para este día. ¿Por qué?
Como quedó dicho, tras la noche más extensa del año, los días comienzan a hacerse gradualmente más largos. Esto ha signifcado, desde tiempos remotos, el triunfo de la luz sobre las tinieblas, dando lugar a todo tipo de celebraciones en distintas épocas y culturas, algunas de las cuales han llegado hasta hoy.
Se afirma, por ejemplo, que la llegada del solsticio es un buen momento para realizar un calendario anual marcando los objetivos que se desea cumplir, para posteriormente encender velas, meditar y atesorar la energía que se quiere poner a eso. Otros sugieren buscar una rama de pino o roble y atarla a una cinta roja para poner junto al calendario y cuando se seque ofrecerla nuevamente a la tierra para que se cumpla lo pedido.
Hay quienes recomiendan bebidas con jengibre, ya que tendría la propiedad de alejar lo malo y producir un efecto que lleva a tomar valor; o realizar una limpieza a fondo de la casa, eliminando los objetos que no se utilicen más para dejar en claro los objetivos para esta época del año que comienza.
Se dice también que es un momento propicio para hacer una fogata con aquellos papeles que ya no tienen importancia y aprovechar para evocar la energía de este elemento, el fuego.
Desde la perspectiva cristiana, incluso se llegó a vincular el fenómeno del solsticio de invierno (en el hemisferio norte) con el acontecimiento del nacimiento de Jesús. En efecto, en el Imperio Romano se celebraban festividades como el «Natalis Solis Invicti» (Nacimiento del Sol Invicto) con la victoria de la luz sobre la noche más larga del año.
Algunos estudiosos sugieren que la Iglesia eligió una fecha durante el solsticio para celebrar el nacimiento de Cristo, resignificando esas festividades paganas, considerando a Jesús como la verdadera luz que ilumina al mundo, estableciendo un paralelismo entre el nacimiento de Jesucristo y expresiones bíblicas como «sol de justicia» y «luz del mundo».