Continúa la discusión sobre el Dióxido de Cloro: basados en resultados en Bolivia, piden que se autorice

Diputados de Juntos por el Cambio piden su investigación y declaran consumirlo con efectos positivos

dióxido de cloro

El diputado nacional Martín Grande (PRO-Salta) pidió que el Gobierno nacional “realice investigaciones científicas sobre el dióxido de cloro para determinar su posible utilización, antes que nos obliguen a vacunarnos con vacunas de dudosa efectividad” (sic).

Días antes, su colega Mónica Frade (Coalición Cívica-ARI-Buenos Aires) cuestionó que “la única solución” contra esta enfermedad sea la vacuna.

Grande y Frade, legisladores nacionales de Juntos por el Cambio, defienden la ingesta de dióxido de cloro basados en la evidencia de los resultados positivos logrados en Bolivia y Ecuador.

Piden seguir el ejemplo de Bolivia

Frande exhortó al Poder Ejecutivo Nacional a contactarse con el alcalde de San José de Chiquitos, en Santa Cruz de la Sierra. Pide que conozcan su experiencia utilizando “métodos alternativos” contra la COVID-19, como el dióxido de cloro.

Diputada Mónica Frade

Como se ha difundido, en ese departamento boliviano bajaron drásticamente los casos de coronavirus.

En su tuit, el legislador de Juntos por el Cambio adjuntó un recorte audiovisual de su intervención en la sesión del 28 de octubre último de la Cámara baja, en que se debatió el Presupuesto 2021, y allí sostuvo que Frade “no es la única diputada que consume dióxido de cloro”. “Somos muchos los diputados que consumimos dióxido de cloro, para facilitar nuestra tarea y no contagiarnos el bicho” afirmó Grande.

El tuit de Grande con el video fue compartido más de 1.300 veces en Twitter desde su publicación, el domingo 1 de noviembre, y se convirtió en tendencia esta semana.

No sólo legisladores argentinos han aconsejado el consumo de dióxido de cloro. La promoción del dióxido de cloro como cura para la COVID-19 fue más trascendente aún en Bolivia. Allí, el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del ex presidente Evo Morales impulsó y logró la aprobación de una ley que autoriza la elaboración, la comercialización, el suministro y el uso de la sustancia.

Expertos de Latinoamérica lo recomiendan

De acuerdo a la COMUSAV (Coalición Mundial Salud y Vida), el Dióxido de Cloro ha curado de Covid-19 a muchos pacientes no sólo en Bolivia, sino en Perú, Ecuador, Argentina y en todo el mundo. También se utiliza para la prevención.

Así lo confirman profesionales de la salud y científicos argentinos y de Latinoamérica que se reúnen sistemáticamente (muchos eventos de los cuales son abiertos al público) para investigar y difundir el uso de este gas sintético.

En la Argentina, el uso, la comercialización y la distribución de este producto están prohibidos por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica. Se destaca que “el consumo directo de clorito de sodio, en solución acuosa, puede producir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones”.

En respuesta a esa prohibición, desde COMUSAV indicaron que toda sustancia farmacológica utilizada incorrectamente tiene efectos adversos. De acuerdo a los profesionales, no hay motivos para prohibir el Dióxido de cloro, más allá de los estrictamente comerciales.

En efecto, el CDS puede ser elaborado a muy bajo costo. Esto representaría una amenaza económica para los promotores de las vacunas contra el COVID-19, y para la industria farmacológica, según los especialistas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene, desde que declaró la pandemia, que “no existe ningún medicamento autorizado para curar la COVID-19”.

Sin embargo, una gran cantidad de expertos, han puesto en tela de juicio el papel de la OMS y de las dirigencias de los distintos estamentos de salud en relación a las medidas adoptadas contra la pandemia.

¿Qué es el Dióxido de Cloro?

El dióxido de cloro es un gas sintético que no ocurre de manera natural. Se obtiene al hacer reaccionar clorito sódico con un ácido (habitualmente se usa ácido clorhídrico al 4%, aunque antes se usaba ácido cítrico al 50%). Es una molécula muy simple que se compone de dos átomos de oxígeno y uno de cloro.

Es extremadamente soluble en agua y no crea enlaces químicos, es decir que el gas se disuelve por completo en el agua. Al disolverse da un color amarillento-verdoso y un olor parecido al cloro, como en las piscinas.

Hasta día de hoy es el mejor purificador de agua conocido, ya que elimina bacterias, virus, hongos y parásitos (de pequeño tamaño). Y todo esto en un muy alto rango de pH.

Es usado en la industria alimentaria para purificar alimentos. También se utiliza para desinfectar instrumental quirúrgico (en Madrid, incluso, es utilizado para limpiar las ambulancias del SAMU (Servicio de Atención Médica de Urgencia).

Se utiliza también para desinfectar y almacenar la sangre en los bancos de sangre, siendo en algunos casos obligatorio por ley.

El CDS está registrado con patentes gratuitas. La intención de Kalcker es, según él mismo lo dice, contribuir a la salud de la población mundial.

¿Por qué las críticas?

Según Adnreas Kalcker y quienes estudian rigurosamente el CDS, mucha gente critica el Dióxido de cloro por pura ignorancia, o bien debido a que su difusión en forma masiva pondría en riesgo acuerdos y negocios de farmacéuticas en todo el mundo.

El biofísico Andreas Kalcker en su laboratorio de Suiza

En efecto, se han realizado estimaciones que indican un panorama realmente complejo para el sector. Si el CDS se implementara masivamente, podrían sobrar una gran cantidad de medicamentos comercializados actualmente.

Esto explicaría la reticencia y la postura crítica de la industria hacia Andreas Kalcker y el Dióxido de cloro.

¿El dióxido de cloro es lejía?

Desde su laboratorio en Suiza, Kalcker sostiene que la mayoría de los detractores están «muy mal informados».  «Confunden diciendo cosas como “¿Cómo podéis dar lejía a la gente?”»

Sin embargo, el científico explica que es importante hablar con propiedad, ya que «el Clorito sódico no es lejía (hipoclorito sódico), de la misma manera que el agua (H2O) no es Agua Oxigenada (H2O2)».

 

Salir de la versión móvil