“Desde que empecé con este deporte el desafío es superarme día a día y sentirme a gusto con lo que hago y con la gente que me rodea”.
Sus palabras tienen “peso” por si mismas y las medallas que llevó para que se luzcan en las fotos habla a las claras que no es ningún improvisado, que compite para ganar y que el sacrificio que hace para viajar y estar presente en cada torneo sigue valiendo la pena.
Maximiliano Emanuel Álvarez es pesista por vocación, atraviesa su tercera temporada como federado a nivel nacional y actualmente es el dueño del récord argentino de fuerza en banco (pecho) en la categoría hasta 40 años (con tope en 125 kilos).
“Cuando empecé en la actividad me destacaba por la fuerza, nada más, ahora tengo constancia y no puedo estar sin ir al gimnasio a cumplir con la rutina”, dio a conocer este bahiense de 42 años (los cumplió el pasado 4 de este mes), que representa al SUPA y es empleado de la empresa Lanchas del Sur (amarre y control de derrames).
Como considera que en la vida todo tiene que ver con todo, cuando empezó a jugar al fútbol, a los 7 años en la Escuelita de Liniers, jamás imaginó que iba a ser otro deporte, menos convencional y más individual, el que lo iba a convertir en un profesional de elite o de alto rendimiento.
“En el Chivo pasé por todas las categorías y sumé algunos partidos en Primera, pero las constantes lesiones (sobre todo en los cuádriceps) me hacían estar más al gimnasio –en rehabilitación– que adentro de la cancha, ya sea entrenando o jugando con mis compañeros”, contó “Maxi”, de cuerpo tallado, casado con Gabriela Muñoz y ambos padres de Lupe (10 años) y Bruno (8).
– Ja, ja… Era centrodelantero. Pero no me destacaba por los goles porque jugaba poco. A medida que fui creciendo, más banco iba “comiendo”…(risas). Durante mucho tiempo desarrollé ambas disciplinas (fútbol y pesas) a la par, pero un día tuve que elegir. Después de Liniers pasé por Juventud Unida de Algarrobo y Gimnasia de Darregueira, mi último club antes de tomar la decisión de apostar al levantamiento de potencia, al que ya le había tomado el gustito.
“Un período bastante largo más lo hice por hobby, hasta que conocí a José Rodríguez, dueño del gimnasio al cual represento (Oxido), quien es mi actual entrenador y el que me convenció para que me meta de lleno en la competencia oficial”.
Integra el Grupo Rodríguez Team (junto a otros 9 pesistas) y se encuentra en la parte final de su preparación para el Campeonato Argentino de Miramar, previsto para el 3, 4 y 5 de octubre.
– ¿Con qué objetivo vas?
– La idea es levantar más de 200 kilos, es un salto grande, pero confío en mis condiciones y en mi manager (José). El, en el transcurso del año, dio en la tecla con la logística y el plan para este certamen, más que nada en el equilibrio que logró entre las horas de entrenamiento y de descanso, además de conseguir un mejor rendimiento mental y de fuerza a la hora de sentarme en el banco y de aferrarme a la barra de despegue.
– Con las comidas, ¿cómo te manejás?
– Me encanta comer y tengo todo permitido, pero debo respetar los horarios de desayuno, almuerzo, merienda y cena. Los alimentos pueden ser libres o restringidos según el nivel de exigencia que esté teniendo en ese momento, es decir para que tipo de torneo o evento me estoy preparando.
“Además del esfuerzo y la dedicación, el estilo de vida debe estar acorde a los cuidados que demanda la actividad. No puedo tomar alcohol ni arriesgar mi físico yendo a jugar al fútbol con amigos o practicando alguna acción de alto riesgo”.
– ¿Cuánto pesás?
– 118 kilos. Si bajo de peso (corporal) no puedo levantar lo que pretendo, pierdo fuerza y me desmorono anímicamente. Ya lo intenté, pero fue en vano.
Afiliado al SUPA desde hace dos años y vinculado a la Asociación Powerlifting Unidos de Argentina (anivel Federación),“Maxi” va en busca de superar su propio récord.
– ¿Cómo es eso?
– En 2002, en La Plata, levanté 190 kilos y conseguí la marca plus a nivel Federación, la más alta del país. El año pasado, acá en Bahía, la bajé alzando 191 y medio, y ahora estoy más que enchufado para ir a pasar los 200. Ser campeón argentino es un orgullo que te llena el alma”
“Del torneo de La Plata en adelante el SUPA me empezó a representar para que yo pueda competir. El Sindicato y su gente, en la voz de Emiliano Figueroa, me allanaron el camino, me dan la ropa y están para lo que necesite; les estoy eternamente agradecido”, aclara quien entrena dos horas diarias durante toda la semana.
“Las pesas es mi cable a tierra, estoy enfocado como nunca, al cien por ciento. Los tiempos libres son para mi familia, suelo llevar a amis hijos a que practiquen deporte: Lupe juega al vóley en Olimpo y Bruno ataja en la Escuelita de El Cometa”, cerró antes de partir a su casa del barrio Noroeste.