Del habla popular al diccionario: el derrotero de “trucho”, “falopa” y “berreta” para llegar del lunfardo a la RAE

Diputado falso (bautizado “el diputrucho”)

Deformaciones de palabras que introdujeron los inmigrantes, añeja inclinación de grupos sociales o profesionales a la construcción de un léxico propio, específico, o solo ingeniosas creaciones o adaptaciones, han dado lugar a jergas y al lunfardo.

Muchos términos surgidos del habla popular alcanzan tal expansión que terminan incorporados al diccionario, desconociéndose en más de un caso su procedencia.

Trucho, cha

Es un término del lenguaje coloquial rioplatense que significa “falso, fraudulento” (este billete es trucho).

No existen muchos datos sobre su origen pero hay quien asegura que surgió como deformación de truco y trucar, utilizadas para denominar el cambio de la foto de una cara (“la trucha”, en lunfardo) para falsificar un documento.

En nuestro país, alcanzó popularidad definitiva cuando en 1992 se difundió la presencia de un diputado falso (bautizado “el diputrucho”) votando una ley en el Congreso (foto).

“Trucha” está incorporada al diccionario de la RAE en su acepción de “cara de una persona”, en el lenguaje coloquial de Uruguay y Argentina.

Falopa

La palabra figura en el diccionario recogiendo el habla coloquial de Argentina, Chile y Uruguay con el significado de “estupefaciente, sustancia que produce efectos estimulantes”.

También se utiliza con el sentido de “algo de escasa calidad, trucho, falso o en mal estado” (ese auto es falopa, el celu me salió re falopa).

De dónde proviene el término no está muy claro. En España, por ejemplo, se usa “farlopa”, que deriva del italiano “farlocco”, que significa falso o engaño. Según suponen, habría sido adoptado por los traficantes de drogas que vendían cocaína adulterada, es decir, cocaína mezclada con otras sustancias para aumentar su volumen y rentabilidad.

Otros encuentran el origen en los términos gallegos “folerpa” y “falopa”, que refieren a las bolas de nieve.

Berreta

Incorporada por la RAE como de uso coloquial en nuestro país con el significado “de mala calidad”, también es usual en Uruguay referido incluso a persona “que tiene mal gusto o costumbres poco refinadas”.

Proviene del lunfardo argentino para denominar algo adulterado, cosa falsificada con apariencia de legítima, falso; cosa u objeto de poca calidad, chafalonía, ordinario. En el ambiente carcelario: preso poco grato a otros detenidos.

Hay quienes suponen que es una derivación de la palabra de origen italiano “berretín”, deformada, del genovés “beretín” o “berettin”, que en el lunfardo tomó el sentido metafórico de “capricho, propósito que se forma uno sin fundamento”, “deseo vehemente”, “ilusión, esperanza acariciada sin fundamento racional”.

Pero otro significado que se le dio fue el de “alhaja falsa”, asociado a otra acepción, la de “objeto falsificado”, producto de un cruce con “baratín” (paquete de papeles sin valor que simula contener dinero), voz que viene del italiano jergal “barattina”, que designa un “cambio de una cosa por otra hecho con fraude”.

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