Este año el Papa francisco propuso la figura de san José, patrono universal de la Iglesia, el padre adoptivo de Jesús, el que crió al Niño.
Este hombre que deconstruye, diríamos en estos lenguajes modernos, esta figura de varón para dejar su lugar a la vida de su esposa y de su hijo. Muestra una manera de ser varón al servicio de la vida, al servicio de la familia y al servicio de su esposa; al servicio de la mujer.
Es sorpresivo como el Papa Francisco, en un tiempo de perspectiva de género, nos propone mirar la figura de un varón, porque realmente es la manera que tiene José de mostrarnos una manera de ser varón desafiando el machismo, desafiando el ponerse en el centro, estando al servicio.
Que el hijo de Dios tenga un padre expresa lo esencial que es la vida del padre en cada persona. Dios mismo se hace llamar padre por todos nosotros y a través de la paternidad humana descubrimos la paternidad de Dios
¡Que esencial es tener un papá y tener una mamá! Entonces en este año de san José, tiene gran relevancia poder redefinir el rol paterno y el rol materno; buscar este lugar de padre en cada casa, en cada familia, buscar este corazón de paternidad que es necesario para la vida del ser humano.
Que en este año podamos saludar a todos los padres y contemplando a san José, que cada uno de nosotros adultos podamos ocupar nuestro lugar de padres y de papás en las comunidades donde estamos, en nuestras familias, en los ámbitos donde estamos siempre al servicio de la familia, al servicio de la vida, al servicio de la mujer y al servicio de los hermanos.