«A la cama no te irás sin saber una cosa más», dice un dicho popular para aseverar que, seamos o no conscientes de ello, y por minúsculo que parezca el aprendizaje, cada día asimilamos un conocimiento más.
Hay quien asegura que el refrán incluye algo más: «No te acostarás ningún día sin haber aprendido algo nuevo ni levantarte sin dolerte algo», pero eso es “harina de otro costal” (expresión que se usa para indicar que un tema de conversación es diferente al que se está tratando o que se trata de algo distinto con lo que es comparado).
Así que, con la aspiración de sumar a la naturaleza de nuestro aprendizaje, que es continuo e indetenible, que día a día se incrementa con pequeñas cosas, compartimos algunos datos interesantes sobre el origen de algunas expresiones o simbolismos.
Okey
Durante la guerra de secesión de los Estados Unidos, cuando regresaban las tropas a sus cuarteles sin tener ninguna baja, escribían en una gran pizarra «0 killed» (cero muertos). De ahí proviene la expresión «ok» para decir que todo está bien (okey por la fonética de la o y la k).
Fuck
Otro término del inglés, refiere a la antigua Inglaterra, en tiempos en que la gente no podía tener sexo sin contar con el consentimiento del rey (a menos que se tratara de un miembro de la familia real).
Cuando alguien quería tener un hijo debía solicitar un permiso al monarca, quien les entregaba una placa que debía colgar en el exterior de su puerta mientras mantenía relaciones.
La placa decía: «Fornication Under Consent of the King» (F.U.C.K.), de allí el origen de la expresión.
Pepe
En los conventos, durante la lectura de las Sagradas Escrituras, al referirse a San José lo mencionaban «Pater Putativus» (tenido por padre) y por simplificar, PP. Fue así que nació la costumbre de apodar Pepe a los llamados José.
¿Camello o camelo?
En el Nuevo Testamento, en el libro de San Mateo, dice «es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos».
Pequeño problema: San Jerónimo, traductor del texto, interpretó la palabra “camelos» como camello, cuando en realidad, en griego, «kamelos» es esa soga gruesa con la que se amarran los barcos a los muelles. Aunque la frase no pierde sentido, resulta más ajustada con la traducción correcta.
Canguro
Cuando los conquistadores ingleses llegaron a Australia, se asombraron al ver esos extraños animales que daban saltos increíbles. Intrigados por saber su nombre le preguntaron a un nativo, obviamente mediante señas, obteniendo como respuesta «Khan Ghu Ru».
Así fue que adoptaron el vocablo inglés «kangaroo» (canguro en español). Tiempo después, lingüistas determinaron el significado de la respuesta del aborigen: «No le entiendo».
Yucatán
Algo similar ocurrió con la región de México conocida como Yucatán, cuando en tiempos de la colonización un español le preguntó a un indígena como llamaban ellos a ese lugar, obteniendo como respuesta “Yucatán”, cuyo verdadero significado en el idioma originario era «no soy de aquí».
De yapa: los reyes de los naipes
Una curiosidad poco difundida es que cada rey en los naipes representa a monarcas destacados de la historia: en las espadas, el Rey David; en las de tréboles, Alejandro Magno; en los corazones, el emperador Carlomagno; y en los diamantes, Julio César.