El lunfardo, técnicamente denominado «argot», es un habla popular creada al margen del vocabulario oficial.
Muy resistido en Argentina por determinados grupos sociales hasta mediados del siglo pasado, hoy es reconocido como un fenómeno lingüístico que refleja la historia del país y la diversidad, al punto que muchas palabras fueron incorporándose al Diccionario de la Lengua Española.
Se formó entre 1870 y 1880, a partir de la llegada de las primeras oleadas de inmigrantes europeos, pero también se nutrió de un vocabulario popular previo, del habla de los esclavos africanos, brasileñismos, y palabras del ámbito rural.
Así, «fue conformando una síntesis lingüística, una memoria viva de la historia de la Argentina, que da cuenta de los distintos grupos sociales que han ido dando forma a nuestro país y que nos recuerda a cada instante quiénes somos y de dónde venimos», como dice Oscar Conde, reconocido poeta, ensayista y profesor universitario.
El tango, así como el rock nacional ahora, fue recogiendo esa habla popular de la mano de valiosos letristas que contribuyeron a su difusión y aceptación.
Como ejemplo, en 1923 Carlos Gardel interpretó “Mano a mano”, de Celedonio Flores, uno de los grandes poetas lunfardos, musicalizado por Gardel y José Razzano.
Mano a mano (“en igualdad de condiciones, sin deudas pendientes”) contiene en su letra un buen número de términos lunfardos cuyo significado puede resultar desconocido para algunos.
Acamala: que mantiene económicamente
A la marchanta: de cualquier manera, descuidadamente
Bacán: persona adinerada, elegante y amistosa
Bacana: amante del bacán; que aparenta una posición socio económica que no tiene
Cafishio: el que lucra con el ejercicio sexual de terceros
Engrupir: engañar, hacer creer lo que no es
Gambetear: regatear, eludir
Gavión (gavilán): seductor
Mate: cabeza
Maula: cobarde, despreciable
Morlacos: pesos, dinero
Nido: hace alusión al hogar
Otario: cándido, fácil de embaucar
Percanta: mujer
Rechiflado: trastornado, enloquecido (de “chiflado” intensificado por el prefijo re)
Remanye: Conocer, saber; de “manyar”, intensificado con el prefijo re.
Letra de Mano a mano
Rechiflado en mi tristeza, te evoco y veo que has sido
en mi pobre vida paria solo una buena mujer.
Tu presencia de bacana puso calor en mi nido,
fuiste buena, consecuente, y yo sé que me has querido
como no quisiste a nadie, como no podrás querer.
Se dio el juego de remanye cuando vos, pobre percanta,
gambeteabas la pobreza en la casa de pensión.
Hoy sos toda una bacana, la vida te ríe y canta,
los morlacos del otario los jugás a la marchanta
como juega el gato maula con el mísero ratón.
Hoy tenés el mate lleno de infelices ilusiones,
te engrupieron los otarios, las amigas y el gavión;
la milonga, entre magnates, con sus locas tentaciones,
donde triunfan y claudican milongueras pretensiones,
se te ha entrado muy adentro en tu pobre corazón.
Nada debo agradecerte, mano a mano hemos quedado;
no me importa lo que has hecho, lo que hacés ni lo que harás.
Los favores recibidos creo habértelos pagado
y, si alguna deuda chica sin querer se me ha olvidado,
en la cuenta del otario que tenés se la cargás.
Mientras tanto, que tus triunfos, pobres triunfos pasajeros,
sean una larga fila de riquezas y placer;
que el bacán que te acamala tenga pesos duraderos,
que te abras de las paradas con cafishos milongueros
y que digan los muchachos: es una buena mujer.
Y mañana, cuando seas descolado mueble viejo
y no tengas esperanzas en tu pobre corazón,
si precisás una ayuda, si te hace falta un consejo,
acordate de este amigo que ha de jugarse el pellejo
pa’ayudarte en lo que pueda cuando llegue la ocasión.