Identificar el significado originario de las palabras aunque su valor actual haya cambiado, volver a ese origen, es un camino emocionante y revelador, porque también nos habla de la evolución de la sociedad, de la cultura, de la forma de entender el mundo en momentos históricos anteriores.
Pulpería
Según Juan de Solórzano Pereira, en su obra «Política Indiana», publicada en 1647, la palabra derivaría de “pulque”, bebida que se elaboraba en México con hojas del maguey, llamándose “pulquería” a la tienda donde la despachaban, pudiendo ser «pulpería» una mutación de esa palabra.
Otra teoría, dudosa, señala su origen en la diversidad y cantidad de productos que se vendían en la «pulpería» lo que obligaba al despachante a tener que actuar con sus manos «como un pulpo» para atender los pedidos.
Vejiga
Se dice que alguien “es vejiga” para significar sus cualidades de puntilloso, detallista, meticuloso (“tiene el auto impecable, es un vejiga”).
Aunque no ha sido posible establecer el origen de ese uso, se utiliza también vulgarmente para designar a una persona fastidiosa, molesta («ya me tiene cansado el vejiga ese…«).
En el lunfardo, el término equivale a petiso, enano, o incluso a gordo, y otros le atribuyen el significado de ingenuo, bobalicón.
Cháchara
Se refiere a una “conversación animada e intrascendente sobre temas sin importancia”. En Chile y México el término se utiliza para significar un objeto de poco valor, una baratija.
El vocablo proviene del italiano chiacchierare (conversar, charlar; parlotear), que se utiliza también para referirse a conversaciones banales, intrascendentes.
Engrupir
Este término lunfardo, que significa “engañar inventando una historia”, proviene de “grupo” (mentira, embuste), que a su vez procede de grupí, todavía usado hoy en el lenguaje campesino y en el lunfardo, para designar a la persona que, estando en connivencia con el rematador, se hace pasar por un simple curioso que se acerca a los remates e interviene para elevar las ofertas.
Se acepta que grupí deriva del francés croupier, que se formó a partir de croupe (“ancas o grupa de un caballo”) para aludir, inicialmente, a la persona que en el casino se sitúa detrás de un jugador, como si cabalgara en la grupa, con el fin de aconsejarlo sobre el juego, aunque actualmente designa a la persona contratada en los casinos para dirigir el juego, repartir las cartas, controlar las apuestas, etcétera.