Llega la época del año en la que se acentúan las bajas temperaturas. No solo las marcas térmicas recrudecen, también la polémica entre los fanáticos del “team invierno” y los detractores que se apuntan en el “team verano”. Una grieta llevadera.
Con los días más cortos y las noches más largas, dado que anochece más temprano y amanece más tarde, para algunos, dicen que los menos, es un tiempo esperado, para la mayoría la estación que más se detesta, mientras el resto se ubica en la avenida del centro.
En el hemisferio boreal corresponde a los meses de diciembre, enero y febrero, y acá, en el austral, a los de junio, julio y agosto. En la zona ecuatorial, donde las estaciones no son apreciables, es la temporada de lluvias que dura aproximadamente unos seis meses, con algunas intermitencias y alteraciones.
Ahora bien, ¿de dónde proviene el término «invierno» y qué significa? La palabra está originada en el castellano antiguo ivierno, derivada del latín (tempus) hibernum –(estación) invernal–.
Es la estación del año que, astronómicamente, comienza en el solsticio de invierno y termina en el equinoccio de primavera.
Son sinónimos de invierno invernada y frío.
El término suele utilizarse en la forma invierno nuclear, para significar la “situación climatológica hipotética de condiciones extremadamente adversas que se produciría a consecuencia de una conflagración nuclear generalizada”.
Es usual también hablar de pasar a cuarteles de invierno, que refiere, en singular, al “lugar donde se establece un ejército durante el invierno”.
De invierno deriva «invernar», “pasar el invierno en un lugar”, que en Argentina, Chile y Uruguay, significa también “dicho del ganado: pastar en los invernaderos”.
Solsticio
Este término deriva del latín solstitium, que significa “el sol se detiene”, compuesto por las palabras sol y statum (estático), stare (detenerse) o sistere (quieto), y refiere al hecho de que el sol parece no cambiar de trayectoria durante varios días.
El solsticio ocurre dos veces al año, en junio y en diciembre, y marca el inicio de dos de las cuatro estaciones (el invierno y el verano), las cuales se diferencian principalmente por su proximidad con el sol.
La RAE lo define como “cada uno de los dos momentos anuales en que el Sol se halla en uno de los dos trópicos, lo cual sucede del 21 al 22 de junio para el de Cáncer, y del 21 al 22 de diciembre para el de Capricornio, y en los que la diferencia entre la duración del día y de la noche es mayor”.
El solsticio de invierno se ubica siempre entre el 20 y el 22 de junio, aunque son necesarios estudios astronómicos para determinar exactamente en qué momento preciso ocurre.
Para este año, el Servicio de Hidrografía Naval estima que será el 20 de junio a las 17.51, siendo ese día el más corto del año y la noche la más larga.