Los ecos del inolvidable triunfo de la selección argentina de fútbol todavía no se han disipado del todo.
Como anécdota imborrable del torneo disputado a fines del año pasado quedará para siempre el famoso «qué mirá bobo, andá pa’allá» de Lionel Messi a un jugador de Países Bajos en medio de una entrevista periodística.
La canción icónica de la hinchada, identificada por su alusión a «muchachos» y las recurrentes referencias a los «mufas» y sobre cómo neutralizarlos, seguirán permaneciendo en la memoria durante mucho tiempo, seguramente.
Bobo
Charlie López, docente, escritor, conocido apasionado por las palabras y sus orígenes, explicó el significado de «bobo», argumentando, además, que en boca de Messi, «no puede considerarse un insulto», que «de insulto no tiene nada, es una cosa infantil», dijo.
El término viene del latin «balbus» que significaba tartamudo. Los antiguos romanos sostenían que los tartamudos tenían un problema mental.
De balbus derivó bobo.
Pero López agregó curiosidades sobre la palabra. Contó que a fines del siglo XIX se empezó a llamar bobo al reloj del bolsillo que usaban los varones en el chaleco con una cadenita que la ataba a un botón. ¿Por qué denominar bobo al reloj? Porque era fácil de robar.
También se hizo corriente mencionar bobo al corazón, seguramente porque ambos trabajan las 24 horas.
«De ahí surge «bobazo» como ‘ataque al corazón’. Ojo que capaz Messi le dijo ‘Andá pa’ allá, corazón’», bromeó el experto.
Mufa
La Real Academia Española atribuye solo dos acepciones a este sustantivo femenino que proviene del italiano muffa y que significa en la Argentina y en Uruguay «moho» o «mancha de humedad» y, en forma coloquial, «enfado o mal humor por algo que molesta».
Para nada supersticiosos, los académicos de la RAE no incluyeron la acepción más usada actualmente y que sirve para designar cosas, hábitos o personas señaladas como portadoras de «mala suerte». Tampoco aparece en el diccionario de la RAE el verbo «mufar». Sin embargo, el primer resultado de una búsqueda en Google alude al uso coloquial del término en la Argentina: «Que trae mala suerte», y da como ejemplo: «no lo invites a la fiesta que es mufa».
En Palabras perdidas, el escritor José Gobello –maestro indiscutido en los estudios del lunfardo– dedica varias páginas al término mufa, que describe como un «dialectismo» proveniente de Génova.
«Muffa llaman los italianos al moho, es decir, al hongo muy pequeño que se cría en la superficie de los cuerpos orgánicos», explica. «Pero también le dicen muffa al “mal olor”».
Anulo mufa
Durante el desarrollo del Mundial de Qatar se popularizó también la expresión «anulo mufa», otra superstición, en este caso utilizada para contrarrestar a alguien o algo sospechado de ser portador de mala suerte.
Muchacho
Expresión destacada de la canción de los argentinos que se popularizó en todo el mundo antes, durante y después del Mundial, tiene un origen llamativo.
Todo hispanoparlante sabe que «muchacho, muchacha» se refiere a una persona joven, pero ¿de dónde viene el término?
Según el Diccionario Etimológico Castellano en Línea la palabra muchacho proviene de «mochacho» y este de «mocho» (esquilado, rapado), que a su vez deriva del latín «mutilus» (mutilado, rapado).
De esta forma «rapado» termina en «joven» (muchacho) «porque hasta los años de 1950 casi todos los muchachos llevaban el pelo rapado para evitar problemas de piojos», según la explicación que da el Diccionario Dialectal Paralelo de la RAE.
El uso popular determinó que a los niños o jóvenes peladitos (rapados) se los denominara muchachos.