Dichos y palabras. Tiempo de «urnas», «candidatos» y «escrutinio». ¿De dónde provienen esos términos?

Urna

Escrutinio

La palabra, del latín «escrutinium», significa «examen y averiguación exacta y diligente que se hace de algo para formar juicio de ello» o «reconocimiento y cómputo de los votos en las elecciones o en otro acto análogo».

El escrutinio forma parte del procedimiento electoral, es el momento en el que se procede al conteo de los votos emitidos.

Son sinónimos de escrutinio investigación, averiguación, examen, indagación.

Por extensión, escrutinio es la revisión de los boletos de un juego de apuestas para establecer los ganadores en las diferentes categorías.

Urna

Para la RAE la palabra urna reconoce cuatro significados: «Caja para depositar las papeletas o números en los sorteos y en las votaciones secretas»; «Caja de cristales planos a propósito para tener dentro visibles y resguardados del polvo efigies u otros objetos preciosos; «Caja de metal, piedra u otra materia, que sirve para varios usos, como guardar dinero, los restos o las cenizas de los cadáveres humanos, etc.; y «medida antigua para líquidos».

Deriva del mismo término en latín que en el siglo XIV referenciaba a «un gran jarrón redondeado utilizado para preservar las cenizas de los muertos».

Otras teorías relacionan a urna con el término latín «urere» (quemar) o con la palabra griega «hyrke» (recipiente de barro).

Candidato

«Persona que pretende algo, especialmente un cargo, premio o distinción. También aplicable a cosa (ciudad candidata a sede de las Olimpiadas)».

También significa «persona propuesta para un cargo, premio o distinción, aunque no lo solicite»; «persona que está expuesta a padecer algo (el exceso de velocidad lo hace candidato a la pérdida del permiso de conducción)»; y, coloquial en Argentina y Uruguay, «persona cándida, que se deja engañar.

Candidato procede del latín «candidatus», el que viste de blanco, derivado de «candida», blanco brillante, y «candere», brillar o arder.

En el ritual político romano, los candidatos debían cambiar su habitual toga por una túnica blanca (candida) con la que se mostraban en público como muestra de la pureza y la honradez esperables en los funcionarios.

De candere han derivado candelabro, candente, candela, cándido, incandescente.

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