El comercio local, al igual que en la mayoría de las ciudades que viven del turismo, atravesó el duro desafío de sobrevivir manteniendo sus puertas cerradas por meses.
Las consecuencias desde el punto de vista económico apenas se vislumbran. El ingreso de los propietarios no residentes arrojó un poco de “aire fresco”. Sin embargo, la situación es por demás difícil.
Poco a poco, en el transcurso de esta eterna «cuarentena» fue permitiéndose la apertura de los diferentes rubros comerciales. Pero ¿qué pasa con los boliches?
Monte Hermoso cuenta con dos locales bailables: Josué y Margarita. Ambos, según palabras de Dichiara permanecerán cerrados durante la temporada.
Resignación y preocupación
Marcelo “El Indio” Arias es el titular de “Josué”. Consultado por esta situación, fue tajante. «Tuvimos una reunión con el intendente hace 20 días atrás y nos dijo que no, que en la temporada no va a haber boliches. Ni en enero ni en febrero».
Ante este panorama tan poco alentador, Arias comentó que se planteó a Dichiara una alternativa para paliar tantos meses de inactividad. Se presentó la propuesta de apoyar la decisión municipal teniendo al mes de enero como «prueba» y apuntar a febrero para la apertura de los boliches. Es decir, si en enero, donde hay mayor caudal de veraneantes y contando con el hospital móvil, se puede manejar la situación sanitaria, poder abrir en febrero.
Pero Dichiara dijo que no. Ni enero, ni febrero, ni marzo. Tal vez a partir de abril.
“Planteamos otras propuestas que también recibieron un no por respuesta”, volvió a lamentar Arias. Una de ellas fue habilitar pistas de baile en la peatonal, afuera de los boliches.
«Los chicos quieren salir, quieren juntarse, y no tenemos nada para ofrecerles. Le preguntamos si en el resto de la costa atlántica iba a haber boliches y nos dijo que no» relató.
Para completar el panorama del sector, muchos trabajadores sin su fuente de trabajo y equipamientos e insumos que permanecen improductivos. «No sé hasta cuándo vamos a esperar» concluye nuestro entrevistado, visiblemente preocupado y con aires de resignación.
¿Música en la playa?
De acuerdo a lo que trascendió, tampoco estarían permitidas las fiestas en los domicilios particulares, ni en la playa, ni en los paradores, que tendrán habilitación para estar abiertos hasta las 3 de la mañana.
¿Y los jóvenes?
Uno de los grupos sociales que más ha sentido las restricciones y los distanciamientos fue, sin duda el de los jóvenes. Indudablemente la situación va más allá de la apertura de los boliches.
Han sufrido la falta de la vida social, de la salida con amigos y del encuentro entre pares. La salida a bailar, sabemos, es de las actividades preferidas por nuestros jóvenes.
Todo aporta a la construcción de su subjetividad. Se trata de una etapa muy importante de la vida. Sin duda que, como sociedad, debemos estar atentos a ellos y ofrecerles espacios donde puedan expresarse.