El periodista Néstor Machiavelli compartió en la mañana del domingo con este medio su reflexión sobre las repercusiones de la última actuación del árbitro bahiense Facundo Tello en el Mundial de Qatar.
Ya habíamos destacado aspectos de su vida y trayectoria luego de su debut, en la que tuvo un buen desempeño, al igual que en las dos siguientes.
Escribe Néstor Machiavelli
No lo conozco a Facundo, si a sus padres, estuve con ellos y conversamos en la presentación del documental de la inolvidable Natty Petrosino. Fue en julio pasado en el auditorio de la Cooperativa Obrera de Bahía Blanca.
Facundo hubiera estado allí pero ese día dirigía un partido de copa Libertadores en Brasil. Los Tello son una familia bahiense, simple, de trabajo, solidaria, que aprendió a conjugar el verbo “dar” de la mano de Natty, esa mujer fuera de serie que reivindica el género y la condición humana, que dedicó su vida a trabajar por los pobres y menesterosos de la calle, los mismos que están ahí, a la vuelta de cualquier esquina, y nosotros con nuestros apuros cotidianos muchas veces pasamos sin mirarlos.
Facundo Tello está tallado en esa madera noble y resistente de la solidaridad. Ayer fue bastardeado por Képler Laverán Lima Ferreira, alias Pepe, el brasilero nacionalizado portugués que juega en la selección de ese país y fue eliminada por los marroquíes.
Caliente como una pipa después de la caída, puso en duda la honestidad de Tello en el arbitraje y dijo que “es inadmisible que nos dirigiera un argentino”. Con mirada bien discriminatoria y eurocenterista agregó: “Los nuestros arbitran la Champions League, entonces tienen calidad y nivel para estar aquí. Ellos no arbitran Champions, no están acostumbrados a este tipo de partidos, no tienen ritmo para esto”.
La eterna división del planeta entre ellos que viven en el ombligo del mundo y el resto que habitamos en los arrabales del planeta.
Pepe no solo hiere con sus palabras, también atrasa. Expresa la mirada colonial que supo tener su país adoptivo y le baja el precio a todo lo que no sea Europa. Los mejores árbitros, jugadores y ligas son las europeas. Y es cierto, las ligas brillan porque los equipos compran los mejores del mundo made in África, América y Asia. Pero en el mundial tienen que jugar con sangre propia y la cosa cambia: De las 34 selecciones que participaron en Qatar, en semifinales solo dos son europeas, el otro 50 por ciento, nosotros y los africanos.
Si pensara con la cabeza más que con los pies con los que cosechó millones, Pepe debería recordar que los tres mejores jugadores de la historia, no nacieron en Europa. Maradona, Pele y Messi son sudamericanos.
Lo último que dijo: “Después de lo que vi hoy, le pueden dar ya el título a Argentina”.
No Pepe, los nuestros si vienen con el título no será de arrebato, a través de la TV millones de personas son testigos en el planeta de cómo juega la selección.
Y una recomendación final bien nuestra, bien de potrero: si estás caliente porque un equipo africano los dejó afuera, ¡andá a llorar a la iglesia!!