Recién después de vacaciones de invierno, el gobierno nacional pondrá en marcha la propuesta de extensión del horario escolar de una hora más en la provincia de Tucumán.
Esto había sido anunciado a principios de abril y las autoridades confiaban en su puesta en marcha rápidamente, hecho que no sucedió.
La mayoría de las provincias –sin cuestionar su validez– se resistió a ese incremento horario por distintos motivos, incluso los dirigentes gremiales de mayor representatividad también expresaron su desacuerdo.
Lo cierto es que Tucumán será la primera provincia en adherir a la quinta hora de clases en sus escuelas públicas de nivel primario. Algunas escuelas comenzarán las clases a las 7, hasta las 12, y el turno tarde será de 13 a 18, mientras que otras prefieren agregan media hora antes y después de cada turno.
El convenio se firmará en la Casa Rosada, con la presencia no solo del presidente de la Nación Alberto Fernández sino también del jefe de Gabinete, José Luis Manzur, del ministro de Educación, Jaime Perczyk, y del gobernador interino tucumano Osvaldo Jaldo.
Con respecto al resto de las provincias, parece que los diálogos entablados no han dado mayores frutos, ya que finalizando el primer cuatrimestre de clases, no se cuenta con la adhesión de otras provincias, aunque la medida se está estudiando en la provincia de Santa Fe, que podría ser la próxima en sumarse.
Cabe destacar que esta medida requiere una inversión económica importante por parte del estado nacional, que se estima en 18 mil millones de pesos, con los que se pagará el 80 por ciento del plus salarial que percibirían los docentes por la hora extra, y además financiar esta remuneración durante los primeros cinco años.
El ministro Perczyk sostiene que el agregado de esta hora de clases colaborará en mejorar los muy bajos aprendizajes que arrojaron los resultados de las pruebas Aprender.
Así entonces las escuelas pasarían de tener 720 horas de clases anuales a 950, lo que equivale a unos 38 días de clase. En este incremento se apunta a reforzar las áreas troncales más comprometidas, que son Prácticas del Lenguaje y Matemática.
La preocupación en el área educativa no es un capricho. Mucho se ha dicho sobre el descenso en el nivel de conocimientos de los y las alumnas; de la falta de comprensión de textos, la escasa escritura académica, de la falta de razonamiento en las actividades que impliquen pensamiento abstracto y nivel de resolución acorde al nivel superior de estudios.
Todo eso es cierto. Los responsables son muchos y si hemos de ser honestos, también debemos reconocer que no lo es solamente el estado. La familia es la primera responsable de la educación de sus hijos.
Esta semana se conocieron los resultados de las Pruebas Aprender 2021, que serían los primeros datos en el ámbito nacional tras la pandemia. Como se preveía, arrojaron un descenso en el nivel de conocimientos en las áreas ya mencionadas. También, como era previsible, los niños y niñas de hogares pobres fueron los que más sufrieron esta circunstancia.
¿Qué indican los números?
El 44 por ciento de los alumnos de sexto año (nivel primario) se ubica en los niveles básico o debajo de lo básico en Lengua, un 25% menos que en la última prueba que se tomó en 2018. Esto indica preocupantes dificultades de comprensión de textos.
45,2 por ciento en el área de Matemática, que no se diferencia mucho de los números de 2018, donde el 42,6% de los y las estudiantes tenían dificultades para resolver operaciones sencillas.
Estos resultados son multi causales: la desinversión educativa, la pandemia, la escasa exigencia educativa, las intervenciones sindicales que interrumpen el continuo educativo, el descenso en el nivel de conocimientos y metodologías de los docentes, el escaso reconocimiento e incorporación de las tecnologías en educación.
A veces, los dirigentes de primer nivel resuelven dando explicaciones fáciles como asignarle responsabilidades al gobierno anterior (sea cual fuere) o a los dos años aislados por culpa de la pandemia. Pero lo cierto es que las políticas educativas se planean con tiempo y forman parte de las propuestas de los partidos cuando buscan el voto de la población.
Por eso, al momento de saber qué proponen los partidos políticos, la gente también es responsable de preguntar qué proponen sus políticas educativas; para que después los reclamos no sean infundados, o inapropiados. Un estado ejerce el poder que el pueblo le delegó a través del voto, en todos los aspectos. Y el educativo es uno de ellos.
Entonces, los números solo visibilizan en formato censal, lo que muchos comentan en lo cotidiano. Donde mayormente se sufre es cuando los y las estudiantes llegan a cursar estudios de nivel superior, ya sea terciarios o universitarios. En este aspecto es donde se ve con mayor claridad la mala formación.
Otros números que indican estas pruebas es que no se observan diferencias de rendimiento entre las escuelas rurales y las urbanas, mientras que sí se observan resultados muy superiores por parte de las escuelas privadas sobre las públicas.
Para finalizar, el ministro Perczyk enumeró seis políticas que –si se ponen en práctica– nos permitirían revertir la crisis educativa:
– Mejorar las condiciones sociales de los chicos y chicas
– Fortalecer el nivel educativo de la familia con programas de finalización del nivel secundario
– Más días y más horas de clase
– Entrega de 8,2 millones de libros a los y las estudiantes (en forma gratuita)
– Lograr que los chicos y las chicas ingresen antes al nivel inicial
– Programa de capacitación docente con una inversión de 3 mil millones de pesos.