Todavía hoy, muchos recuerdan el primer incendio de importancia que ocurrió en Monte Hermoso: el de la casa de Juan Lizarrondo, donde vivía con su familia numerosa.
Cuentan que las llamas devoraron todo, transformando el lugar en escombros humeantes. Fue una señal de alarma, todos advirtieron los escasos elementos con los que se contaban para ese tipo de emergencias.
El espíritu de solidaridad emergió en la comunidad para atender las consecuencias del desastre. La vivienda fue edificada nuevamente por iniciativa de la gente del Rotary Club y de los propios bomberos.
Antes de eso, el 8 de enero de 1975 había quedado oficialmente creado el Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios del balneario Monte Hermoso.
Sus primeros integrantes fueron: Edgardo Bruzzone, jefe; José Valdebenito, segundo jefe; oficial Tomás Pérez; cabo primero Juan Hurst; y los bomberos Horacio Pereyra, Néstor Chaves, José Farrer, Ricardo Crededio, Omar Ocaña, Héctor Corbalán, Raúl Ford, Héctor Suarez, Nelson Galván, José Pereyra y Juan Crededio.
El primer presidente de la comisión de bomberos fue Francisco “Quico” Bolo, tal como lo recordó Mónica Carmelino en la nota que publicamos con motivo de su fallecimiento, a sus 94 años, el 10 de febrero de 2022.
Hay muchas historias entrañables de aquel Monte de antaño vinculadas a estos servidores públicos.
Una de ellas, la rescata Naty Di Martino, rememorando que “en el año 1976 se formó el primer equipo de fútbol femenino en la ciudad”. Cuenta que el grupo se fue gestando a pulmón, que al principio jugaban “casadas contra solteras» y que con el tiempo empezaron a competir contra equipos de Bahía Blanca y de Punta Alta.
“Al parecer eran muy buenas –cuenta Natalia– ya que con lo que recaudaban, compraron la primera autobomba para los bomberos de ese pueblito chiquito, pero siempre atravesado por personas dispuestas a dejar huellas fuertes y bien marcadas más allá del tiempo”.
En aquellos tiempos, el asiento del cuartel era el corralón municipal pero con el paso del tiempo la institución se fue consolidando y con esfuerzo y sacrificio, lograron contar con sede propia.
Desde enero de 2016, la jefatura del cuerpo es ejercida por Heber Hurst, quien continuó en el cargo a José Farrer.
En la actualidad, los recursos y el equipamiento con que cuentan es acorde con los requerimientos modernos y el adiestramiento de los integrantes del cuerpo, 29 efectivos, está en permanente actualización.
Hay nueve vehículos operativos, incluyendo el camión amarillo del Plan Nacional de Manejo del Fuego, y el Consejo Nacional provee uniformes y vestimenta ignífuga.
La institución se solventa con una rifa anual, como soporte de los subsidios nacionales y provinciales, más el permanente apoyo del municipio y del pueblo de Monte Hermoso.
Para ser bombero se necesita vocación de servicio, abnegación, disciplina, perseverancia, lealtad y un gran espíritu altruista.
Hoy se ingresa al cuerpo con 16 años como aspirante. Se recibe una capacitación durante seis meses y luego de aprobar un examen se es bombero. Su trabajo, que es de gran responsabilidad, se complementa con una capacitación permanente y servicios a la comunidad, como charlas en las escuelas.
Fuente: María Teresa Caramelli de Wulff, “Monte Hermoso entre dunas y mareas. Testigos del nacimiento de un pueblo”, páginas 278 a 281. Editorial Dunken
Con la colaboración del Museo Histórico municipal