Va finalizando el mes más veraniego de la temporada en Monte Hermoso. En lo que respecta a lo climático, como es habitual, los días han gozado de hermoso sol, muy buenas temperaturas, alguna que otra lluvia refrescante, algunos vientos tolerables y hermoso clima para disfrutar la puesta del sol en la playa, ya sea con toda la familia o en algún parador, con amigos.
Enero es el mes que puede considerarse más fiel al turismo; un mes cuyos días invitan a ser disfrutados con la plenitud de las vacaciones.
Playa
Este año, hasta ahora, la ausencia de aguas vivas aún causa cierto recelo, tal vez temor, en el sentido de que pareciera que todos están suponiendo que pueden aparecer pero nadie quiere verbalizarlo. Por las dudas. Así que las aguas son cálidas y hermosas, seguras, como siempre.
Sin embargo, hay presencia de algas. Algunos días hay muchas y sorprenden al momento de meterse al agua. Son inofensivas, aunque causan cierta molestia. El turista ya se quejó por esto en todas las redes sociales, y se preguntan por qué hay algas.
Precios
La variedad de oferta y la amplia demanda abre el abanico a un derroche de oportunidades en cuanto a precios en el balneario. En comestibles, que es lo que más se demanda, se pueden encontrar todas las posibilidades. Pero la mejor variedad, atención y precio sigue estando en los grandes supermercados, que además trabajan con horario corrido, tienen siempre las heladeras llenas y proveen aire acondicionado a los clientes. Y la gente los sigue eligiendo.
Sin embargo, hay otros lugares que también tienen buenas ofertas y promos. Es cuestión de buscarlos.
Los productos que se venden en playa, que son muchos y que en forma constante se ofrecen al veraneante, también presentan precios razonables: pulseritas y tobilleras 5 y 6 mil pesos, collares 10, 11 y 12 mil pesos, churros y berlinesas 8 mil la docena, cubanitos 7 mil la docena, helados y choclos 4, 5 y 6 mil la unidad, tequeños 12 mil la docena.
También se puede comprar en playa anteojos para sol, gorros y capelinas, pareos, shorts, vestidos de playa, riñoneras, etc. El mercado es amplio en el sector.
Juegos para niños
La oferta no ha variado mucho. En lo que se ofrece en forma gratuita, juegos en Plaza Parque y en plaza Papa Francisco, espectáculos “a la gorra” en el Anfiteatro Jorge Pedro Chiaradía todos los días a partir de las 20, y también estos shows en las distintas plazas de los barrios, una propuesta interesante y silenciosa que lleva adelante el área de Cultura municipal; Biblioteca Popular ofrece el rincón infantil (de 19 a 23), la Hora del Cuento y el Taller de Ajedrez.
En cuanto a lo que se paga, dos propuestas de juegos con fichas, algunos eventos programados en el Centro cultural, el trencito y el cine.
Para la familia
La playa sigue siendo la mejor propuesta, pero más allá de las bondades de la misma en forma gratuita hay una amplia oferta del Museo Histórico Municipal y de la biblioteca. También se pueden visitar el Museo de Ciencias Naturales y el Museo Naval, que está en las instalaciones del Faro Recalada. Asimismo, está la propuesta provincial de ReCreo y algunas actividades que organiza en forma gratuita la Secretaría de Turismo en la localidad de Sauce Grande, en Plaza del Calvario.
El anfiteatro Chiaradía también ofrece espectáculos musicales para la familia, con una colaboración “a la gorra” y del mismo modo el Centro de Convenciones, con presentación de libros o propuestas culturales.
Por otro lado, las propuestas pagas se encuentran en el Cine Monte, el Centro Cultural, los shows en paradores y restaurantes, etc. Se le puede sumar también la propuesta del Parque Acuático que permite la instalación de todo el grupo familiar desde las 10 h disfrutando (con entrada paga) de todas las propuestas que son amplias y muy divertidas.
Visitas
Nuestras playas no son el centro de veraneo de los famosos, pero todos los años tenemos algunos habitués, como Alejandro Fantino, que viene unos días cada año ya que su esposa es de Bahía Blanca y es habitual que veraneen aquí.
También sabemos de la presencia de Manu Ginóbili, quien no se hace ver, pero este año nuevamente estuvo en su casa en el barrio cerrado Las Lomas.
Pero esta vez tuvimos una visita particular, la de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, junto a su hija Florencia y su nieta Helenita, en el Balneario Sauce Grande. Esto trajo gran revuelo, miles de comentarios y algunas fotos. Ella agradeció el amor de la gente, se sacó algunas fotos e hizo algunos posteos en sus redes sociales.
La queja
Se observó –como todos los años– la queja de mucha gente. Constante, continua y agresiva. Es verdad que la gente viene estresada, cansada y nerviosa después de un año de trabajo, ansiedad, preocupaciones y problemas, pero deberían parar después que atraviesan el puente y hacer unos ejercicios de relajación, para poder disfrutar sus vacaciones con alegría y felicidad y no quejarse de todo.
A veces, uno no se siente bien atendido (a todos nos pasa) pero quizás un poco de tolerancia y paciencia no nos viene mal. Tal vez la persona que te está atendiendo está haciendo sus primeros pasos en el rubro, tal vez la piba del comercio de venta de lo que sea no es muy locuaz o lo suficientemente simpática… y un mil de justificaciones más.
El estacionamiento medido y pago y los controles causa enojo y frustración, pero quizás sería más sano resignarse y cumplirlo. No va a cambiar porque el turista se enoje. Se va a ganar una bronca, un malestar y una multa.
Lo mismo pasa con el control de alcoholemia: está… si no quiere que le secuestren el auto tienen dos opciones: no beban cuando salen o asignen un conductor que no beberá.
Que si hay mucha arena, que si la rampa esto o aquello, que las algas, que los inspectores, que los perros en la playa, que la baranda de la rampa de Sauce Grande, que los precios, que el consumo o la falta de agua; que los guardavidas, que el servicio y el precio del personal de limpieza, que la falta de esto o de aquello… Tremendo e inacabable.
La sugerencia es… relajarse y descansar. Con lo que Monte Hermoso ofrece: playa, arena, sol y una sonrisa. Con eso alcanza. Se los puedo asegurar.
Fotos, Mónica Carmelino