El pasado año 2019 se celebró el 50° aniversario de la llegada del hombre a la Luna. Cuando todavía muchos escépticos y conspiranoicos dudan de la veracidad de tal acontecimiento, la administración Trump anunció el programa Artemisa, que tiene como objetivo principal la puesta de una mujer y el siguiente hombre en la superficie de la luna para el año 2024.
Desde el punto de vista tecnológico Artemisa depende de tres componentes esenciales: La cápsula Orión para llevar a los astronautas, el vehículo de lanzamiento SLS que superará en potencia al legendario Saturno V, y la plataforma espacial Gateway, una especie de pequeña estación espacial en órbita lunar. En el mundo real la cápsula Orión está en fase de pruebas, y jamás ha ido al espacio. El cohete gigante SLS sólo vive en animaciones gráficas, con una promesa de vuelo para este 2020, y la estación Gateway no para de acumular críticas dentro de la NASA. Queda mucha tecnología por desarrollar para cumplir con el objetivo.
El nuevo impulso lunar de EE UU llega poco después de que China haya mostrado sus intenciones sobre nuestro satélite natural, la luna. El gigante asiático consiguió aterrizar con éxito en la cara oculta de la Luna una nave no tripulada formada por un módulo orbital y un módulo de aterrizaje que se posó en el cráter Von Kármán.