“En Monte vivo feliz, sin la locura laboral de todos los días, y a eso me aferro para estar activo y con salud”

Un hombre de negocios, ¿puede manejar su empresa radicada en Bahía Blanca desde Monte Hermoso? Néstor Etchepare, dueño y máximo responsable de NE Distribuiciones, cuenta cómo es llevar adelante dos locales comerciales estando a 110 kilómetros de distancia.

Vasco Etchepare en Monte Hermoso

¿Cómo hace un empresario que optó por vivir en Monte Hermoso cuando el cien por ciento de su trabajo lo realiza en Bahía, justamente donde se encuentra el lugar físico de su negocio?

Néstor Etchepare, dueño y máximo responsable de NE Distribuciones, parece haber encontrado la fórmula, más allá de tener su propio talón de Aquiles con sus hijos Aldana (30 años) y Alejandro (34), los laderos de confianza en la misión de llevar adelante dos comercios estratégicamente ubicados: uno en el macrocentro bahiense (Don Bosco 889) y el otro en 13 de Junio 3430, la casa central, sobre la Ruta 3 kilómetro 695.

“Desde los 17 años que vengo pensando en radicarme en Monte, y tengo 58, pero de un día para el otro tomé la decisión y puedo decir con orgullo que el sueño se hizo realidad”, comenzó diciendo el “Vasco” mientras controlaba boletas y remitos en la oficina principal de ese original salón de ventas –el primero de la compañía– dividido por rubros: aberturas, aislaciones, cielorrasos, decoración, griferías, impermeabilizantes, pisos y revestimientos, productos de cocina y sanitarios.

“El 19 de septiembre de 2023 mi vida hizo un click, a la mañana vendí mi casa en Bahía y a la tarde ya estaba instalado en mi departamento de Monte, el que tengo hace casi una década en la puerta de lo que es Monte del Este”, repasa este bahiense nacido en el barrio Pacífico y confeso hincha de Olimpo.

“Fue una decisión conjunta con la ´jefa’ (como llama a su señora Claudia)”, aclara antes de describir lo que para él es el “momento mágico de la felicidad”.

“Todos los días, bien temprano, salgo a caminar, y es una obligación ir a ver el mar, quieras o no te carga las pilas, te da una energía que no encontrás en otro lado. Es más, cuando en verano entro con el kayak, mi cabeza queda en neutro, no pienso en nada, y es una experiencia fantástica para alguien tan activo como yo”, resume mientras pide que la foto principal de la nota sea la que está con su nieto Benjamín en la playa.

“Cuando voy a nadar a la mañana (a la pileta Municipal), en el regreso a casa me desvío 10 cuadras para ir otra vez a ver el mar; es una terapia que se me está haciendo costumbre. Navegué mucho cuando estuve involucrado en la Marina y es como que estoy recobrando esa satisfacción de estar donde siempre quise estar”, resalta este peregrino de los desafíos.

“En la temporada estival que viene tengo como objetivo unir los dos espigones a nado. Para algunos puede significar una pavada, pero para mi es una meta más en mi vida; siempre busqué superarme a mí mismo, que la mente me motive a vencer barreras. Así como me animé a cruzar la Cordillera de los Andes a caballo, ahora el desafío está en el mar”, sostiene con énfasis.   

– ¿Monte es más tranquilidad que aventura o más aventura que tranquilidad?

– Los que me conocen saben que no me quedo quieto nunca, que voy detrás de todo aquello que me hace feliz, que físicamente siempre me gustó estar bien más allá de que en ese aspecto siempre fui más amateur que profesional.

“Como siempre fui empleado, nunca me alcanzaba el tiempo para salir a correr, a caminar o ir a un gimnasio, pero en los últimos años, estando al frente de una empresa, entendí que no todo es trabajo, por eso ahora, casi a los 60, apuesto a la posibilidad de una vida longeva, con cuidados, manteniendo el estado físico y sin renegar tanto”.

Néstor viaja a Bahía dos veces por semana (martes y viernes), aunque por su teléfono celular o las redes sociales está atento a NE Distribuciones entre las 8 y las 20.

“A veces paso una semana sin ir a Bahía, pero cuando voy me asusta el movimiento, el ir y venir de la gente, la desesperación… Hasta llegué a preguntarme: ¿qué hago acá? Me acostumbré a Monte, a otro estilo de vida, a circular por calles sin ver a nadie a 200 o 300 metros a la redonda. Para el que le gusta la paz es hermoso”.

Con empatía y en el camino de Dios

NE Distribuciones cumple 12 años y entre las perspectivas a futuro, más allá de tener numerosos clientes de Bahía y la región, ¿existe una mínima chance de abrir un local en Monte?

El “Vasco” sonrió, reconoció que se le aceleró el corazón y respondió: “por el momento no, porque es como venimos hablando, Monte es aventura, relax, desenchufarme del día a día. No soy una persona fácil, y acá me encuentro con mi interior; si traigo la empresa voy a estar otra vez sumergido en la locura, que es, precisamente, de lo que estoy tratando de salir”.

– ¿Cómo se posiciona hoy NE en el mercado comercial?

– No lo puedo definir porque no tengo ni busqué las herramientas que puedan medir nuestra gestión de venta; creo que el posicionamiento lo encuentro en que somos una empresa seria, responsable y con un capital humano importantísimo. Con 15 empleados, nuestro grupo se caracteriza por transformar en hechos las palabras, en cumplir con lo que se promete y en satisfacer al cliente, lo que no es poco.

“Más allá de ser representantes de distintas marcas de aberturas y la fabricación en aluminio, nuestro fuerte es conseguir lo que no tenemos en stock. Escuchamos al cliente y tratamos de buscarle una solución, por ahí sin conseguir un rédito económico, pero logrando que alguien más pueda confiar en nosotros. Vender por vender no sirve de nada si no tenemos empatía con el que nos quiere comprar, una persona común y corriente, que lucha todos los días para vivir, al que no le podemos hacer malgastar su dinero ofreciéndole lo que no necesita o necesitará”. 

– Como creyente que sos, ¿qué te tiene deparado Dios para lo que resta del año?

– Todas las noches le pregunto al Señor: ¿cuál es mi propósito en la vida?, o ¿cuál es su voluntad para mí en esta vida? Me veo como siempre, luchando y yendo para adelante. Tengo muy presente una reflexión de la Madre Teresa de Calcuta: “si puedes correr, corre; si puedes trotar, trota; si no puedes trotar, camina; si no puedes caminar, gatea, y si no puedes gatear, arrástrate, pero llega”. Esa es mi esencia.

“Dios me da la gloria de estar vivo y de ser emprendedor, no sé hasta cuando, pero me veo a los 80 años haciendo trámites, emulando a patrones que he tenido que todavía, a esa edad, están al frente de una empresa, asumen grandes responsabilidades y viajan en avión de un lado para el otro con la energía de un joven de 20”.

– ¿Algún ejemplo en particular?

– Mucho de lo que soy se lo debo a Jorge Marinsalta, hoy al mando de Codimat. Mi vida cambió de rumbo, pero nunca me olvido de los que me dieron una mano o de los que me enseñaron desinteresadamente. Una vez, Jorge me dijo: “Fuiste mi mejor alumno, nunca me voy a olvidar de vos”. Me quedó grabado para siempre.

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