En la localidad cordobesa de General Ordoñez se realizó este martes 1 de agosto una exitosa prueba del lanzador argentino de satélites Tronador II que se instalará en nuestra región.
La plataforma de lanzamiento del lanzador Tronador II y III estará en el denominado Centro Espacial Manuel Belgrano, situado en terrenos de la Base Naval Puerto Belgrano, en Punta Alta.
La prueba realizada contó con la presencia del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; del director ejecutivo y técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), Raúl Kulichevsky; y del presidente de la empresa VENG, contratista principal del proyecto, Marcos Actis.
Tuvo lugar en el predio de la empresa de ingeniería Valthe, donde se realizó un ensayo de motor que permitió obtener parámetros fundamentales de cara al diseño definitivo del sistema de propulsión que tendrá el mencionado lanzador.
Plan estratégico
«Es la primera vez que llegamos a este punto del Plan Nacional Espacial en el proyecto de desarrollar vehículos lanzadores. La recuperación del plan espacial estratégico es con la perspectiva de poder tener durante esta década la plataforma de lanzamiento y el lanzador propio aquí en Argentina. Argentina pasaría a completar todo el ciclo espacial. No solo la fabricación de los satélites, sino también el lanzador propio, teniendo la plataforma de lanzamiento, que a su vez va a permitir vender la capacidad de lanzamiento a otros países», explicó Filmus.
«Argentina podrá así exportar tecnología, como hacen ahora unos pocos países, que con su propio territorio, su propia plataforma de lanzamiento y su propio lanzador pueden lanzar satélites de porte mediano o pequeño, como en este caso», agregó, señalando que nuestro país sería el único en Latinoamérica en condiciones de fabricar satélites y además lanzarlos, ya que existe una en Guyana, pero fue instalada por otros países.
Por su parte, el funcionario de la CONAE afirmó: “Estos ensayos son de vital importancia porque la parte de propulsión, el desarrollo de los motores y la turbobomba son el corazón del vehículo lanzador. Por lo tanto estos pasos que estamos dando con los ensayos que realizamos, junto a VENG y Valthe, nos van a permitir, cuando terminemos con estos desarrollos y su posterior calificación, aumentado los niveles de potencia, avanzar en el lanzamiento del vehículo TII-70», detalló Kulichevsky.
El presidente de la empresa contratista principal del proyecto, Marcos Actis, quien además es decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, destacó que «tener el lanzador requiere que Argentina lo incorpore como un proyecto de Estado, que es de largo plazo, y que por lo tanto necesita contar con financiamiento a lo largo del tiempo. Afortunadamente ahora se pudo reactivar luego de haberse discontinuado. Además, un proyecto de estas características genera un gran efecto multiplicador en decenas de pymes que son proveedoras del proyecto».
Pieza clave
En el ensayo se probó el diseño y performance de una pieza clave en el desarrollo de la propulsión líquida que se denomina “liner” o “tobera”, que funciona como cámara de combustión del motor. La pieza se fabricó con una aleación de cobre especial a una escala menor a la que tendrá el tamaño definitivo y que habrá incorporado todos los parámetros e indicadores arrojados por el ensayo.
Dentro de esa pieza, a partir del uso de inyectores de flujo rotatorio, también conocidos como “swirl”, se atomiza, mezcla, enciende y queman los propelentes, que en este caso son kerosene de uso espacial y oxígeno líquido. El resultado de esa combustión es el disparo de fuego que tiene, en el caso del ensayo realizado este martes 1 de agosto, instancias con distintas duraciones: 15, 30 y 100 segundos.
Entre 2022 y 2023 se llevaron a cabo un total de 28 jornadas de ensayos de motor realizadas entre el banco de ensayos ubicado en el Centro Espacial Teófilo Tabanera de la CONAE y los ejecutados en la empresa Valthe.
Las pruebas forman parte del desarrollo de componentes y sistemas de propulsión del programa ISCUL (Inyector Satelital de Cargas Útiles Livianas) diseñado por la agencia espacial argentina, para proveer al país de medios de acceso al espacio propios para colocar satélites en órbita. La ejecución del programa ISCUL permitirá al país tener un lanzador nacional que habilitará a Argentina a colocar satélites en órbitas bajas, a 600 kilómetros de la tierra.