«Nuestros ancianos resistirán/ aunque repriman, resistirán./ Y no están solos, aún los guía/ la hidalguía de Norma Plá,/ que desde el cielo muy fuerte grita:/ si no hay justicia nunca habrá paz…»
1. Resumen
Desde la restauración democrática en 1983, la situación de los jubilados en Argentina es motivo de permanente preocupación y debate. La demanda por mejores condiciones de vida ha sido una constante, destacándose la petición del 82% móvil que aseguraría que las jubilaciones mantengan un valor proporcional al salario activo. El presente análisis, con sus limitaciones, examina la viabilidad de implementar esta medida, considerando las variables económicas, políticas y sociales necesarias para materializarla.
2. Introducción
La política argentina a menudo ha estado influenciada por teorías y corrientes filosóficas externas, como el liberalismo y el marxismo, que tienden a priorizar el mercado o el Estado por encima del bienestar humano. Sin embargo, es crucial abordar estos temas desde una perspectiva que considere la cultura y valores propios del país, donde el hombre y el trabajo como organizador social son centrales.
Las políticas públicas, por lo tanto, deben orientarse hacia el bien común, priorizando la dignidad humana y el bienestar comunitario sobre consideraciones materialistas o economicistas.
3. La situación actual de nuestros jubilados
Hoy en día, la mayoría de los jubilados enfrentan una situación económica precaria. Con jubilaciones mínimas que no alcanzan a cubrir las necesidades básicas, la inflación y la pérdida de poder adquisitivo agravan aún más su situación.
A pesar de las movilizaciones y demandas a lo largo de los años, la respuesta política ha sido limitada y generalmente reactiva, enfocándose en soluciones temporales, como bonos o incrementos esporádicos.
En este contexto, la implementación del 82 por ciento móvil se presenta como una posible solución para mejorarles de manera sustancial su calidad de vida, pero requiere un análisis profundo de su viabilidad como de reformas políticas profundas.
4. El 82% móvil: ¿una cuestión económica o política?
El 82% móvil propone que las jubilaciones sean el 82% del salario activo del sector correspondiente, lo que implicaría una mejora significativa en los ingresos de los jubilados. No obstante, su implementación ha sido resistida bajo argumentos económicos que destacan la falta de recursos y la imposibilidad financiera de sostener un sistema previsional con estas características.
Es innegable que Argentina enfrenta desafíos económicos, incluyendo un déficit en su sistema previsional, influenciado por factores como la estructura demográfica y las crisis económicas recurrentes.
Sin embargo, reducir el debate a una cuestión económica evade la responsabilidad política de garantizar una vida digna para los jubilados. La implementación del 82% móvil es, en última instancia, una decisión política que debe priorizar los derechos y necesidades de los jubilados sobre otros intereses. La discusión, por tanto, debe centrarse en cómo reorientar la política económica para que esté al servicio del bienestar social y no al revés.
5. Reformas tributarias y municipales: el camino hacia la viabilidad
La compleja estructura impositiva de Argentina, con más de 155 tributos, es uno de los principales obstáculos para mejorar los ingresos públicos y, por ende, para implementar políticas como el 82% móvil.
Se estima que la evasión fiscal cuesta al país alrededor de 20.000 millones de dólares anuales (a 2023), una suma que, de ser recuperada, podría hacer viable una mejora sustancial en el sistema previsional. Por lo tanto, una reforma tributaria que simplifique el sistema, elimine impuestos redundantes, y combata eficazmente la evasión fiscal es esencial para generar los recursos necesarios.
Además, la descentralización de recursos y competencias hacia los municipios podría ser una estrategia efectiva para fomentar el desarrollo económico local y regional. Al fortalecer a los municipios, se podría impulsar la producción agrícola y ganadera, generando empleo local y reduciendo la presión sobre los grandes centros urbanos. Esta descentralización no solo aumentaría los ingresos del Estado sino que también mejoraría la calidad de vida de la población de adultos mayores.
El «modelo salteño» es un ejemplo interesante de cómo las políticas públicas pueden influir positivamente en la calidad de vida de los jubilados. Este modelo aboga por la colaboración entre municipios, universidades, los Centros de Jubilados y otros actores sociales para desarrollar programas que mejoren la salud física y mental de los adultos mayores, promoviendo actividades recreativas y productivas que tienen un fuerte impacto no solo espiritual evitando el sedentarismo, la soledad y la depresión, también económico personal.
Replicar este modelo en el ámbito nacional, adaptándolo a las particularidades de cada región, podría ser un paso significativo hacia la mejora del sistema previsional.
6. El rol de las universidades y las políticas regionales
Las universidades y otras instituciones educativas deberán desempeñar un papel crucial en el diseño de políticas orientadas al bienestar de los jubilados. A través de la investigación y el desarrollo de soluciones innovadoras, como medicamentos genéricos accesibles o programas de actividad física, las universidades pueden contribuir significativamente a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.
Además, la implementación de políticas regionales que fomenten la colaboración entre municipios y universidades puede ser un motor de cambio, abordando las necesidades específicas de los jubilados en cada área.
7. Conclusión: el desafío de la voluntad política
La implementación del 82% móvil para nuestros jubilados no es una cuestión exclusivamente económica, sino principalmente política. Requiere una voluntad política que les reconozca el derecho a vivir con dignidad tras una vida de trabajo.
Si bien es necesario considerar la viabilidad financiera, el enfoque debe estar en reformar el sistema impositivo y descentralizar los recursos para generar los ingresos necesarios. Sin embargo, este cambio estructural solo será posible si se transforma la percepción de la política, de un medio para el beneficio personal a un verdadero servicio al pueblo.
En conclusión, el 82% móvil es una meta alcanzable, pero depende de una profunda transformación política y social en Argentina. Priorizar a las personas sobre los números y reconocer la importancia de un sistema previsional justo es clave para construir una comunidad más equitativa y solidaria.
*Luis Gotte, La trinchera bonaerense