El reconocido Rubén Sfragara es el enólogo consultor y el pringlense Carlos María Bertola hacedor de este proyecto que produce espumosos delicados y elegantes, con una sorprendente frescura natural nada menos que en Coronel Pringles, sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
Ya está escrito y popularizado en el mundo del vino, que el sudoeste bonaerense es capaz de alumbrar notables vinos tranquilos y espumosos. La posta con las burbujas la tomó hace unos doce años Bodega Saldungaray, muy cerca de Sierra de la Ventana, con la creación de uno de los más ricos vinos de burbujas que da este país: Ventania.
Pero para aquellos a quienes todavía les provoca extrañeza la presencia de viñedos en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, les cuento que ya son cinco las bodegas que encontraron terruños aptos para hacer vino en estas latitudes: Saldungaray, Cerro Colorado, Itamalal, Al Este, y un proyecto más reciente, especializado en la elaboración de vinos con burbujas, de concepto alta gama, producidos únicamente bajo el método tradicional: Bodega MyL Colores.
MyL Colores comienza su recorrido por la industria del vino regional en 2010 como un emprendimiento familiar, encabezado por Carlos María Bertola y sus dos hijos Matías y Lucas. En 2005 Bertola adquiere “Estancia La Catalina” un campo de 2500 hectáreas con unas 1000 hectáreas de pastizales y un casco habitacional bellísimo de estilo inglés, al pie de las sierras de Pillahuinco, dedicado inicialmente a la producción agroalimentaria.
El propio Carlos María cuenta que, al adquirir la tierra, se propusieron hacer algo diferente para las próximas generaciones. Observando el tipo de morfología del terreno, entre las sierras, a cien kilómetros en línea recta al mar y con alturas que no superan los 350 msnm, no tardaron en comparar la región con los terruños europeos, esos que prodigan los mejores vinos del mundo y que poseen un tipo de geografía similar. De modo que el desafío estaba
La bodega
Actualmente el proyecto cuenta con 2,5 hectáreas de viñedos en las denominadas Sierras de Pillahuinco. Se accede a “La Catalina” y al lugar donde están emplazadas las vides, viajando a través de la ruta 51, y frenando a apenas 30 kilómetros de la ciudad de Coronel Pringles. Las variedades implantadas al momento son cuatro: algunas hileras de Tannat, una hectárea de Malbec, una hectárea de Chardonnay y media hectárea de Pinot Noir, siendo las tres últimas las que mejor respuesta adaptativa ofrecieron.
Las variedades Pinot Noir y Chardonnay fueron las cepas utilizadas como fruta base en los coupage que se vinificó hasta ahora, pero dados los excelentes resultados del Malbec en la vendimia 2020 se comenzó a procesar también con el objetivo de embotellarlo en 2021.
La aventura de implantar un viñedo en estas latitudes no fue tarea sencilla. La microrregión se encuentra dominada por un mesoclima rústico poblado de complejidades, caracterizado por inclementes vientos y heladas tardías, y también por la presencia amenazante para las plantaciones, de loros, torcazas y carpinteros.
En este paisaje de sierras, pastizales y fauna autóctona, las vides se yerguen bellas e imponentes, cambiando por completo la fisonomía del lugar que lejos de transformarse en limitación incapacitante, terminó por dibujar la personalidad de un terruño único y original, con identidad propia y mucho potencial enológico. MyL Colores es un lugar sorprendente en un espacio geográfico impensado hace algunos años.
El espumoso
El nombre del espumoso hace referencia a ese paisaje colorido que rodea estancia La Catalina, junto a las iniciales de los hijos de Carlos María: Matías y Lucas, así nació el segundo espumoso tradicional alta gama del sur de la provincia de Buenos Aires.
Al degustarlo, rápidamente se pueden percibir sus caracteres claves, que son como un hilo conductor que atraviesa cada una de las botellas que se elaboran en La Catalina. Hay una singularidad que causa un impacto de sabores en el consumidor.
MyL Colores es un coupage de uvas Chardonnay y Pinot Noir, re-fermentado en botella, y cuenta con un largo periodo de madurez a partir del contacto con borras. Reposa treinta y seis meses sobre lías antes de salir a la venta. Por tanto, sus burbujas explotan en la boca con delicadeza, mostrando también una espuma suave y cremosa, buen cuerpo y buen volumen.
En cuanto al color y la expresión aromática: se trata de un seductor espumoso piel de cebolla, muy al estilo de los vinos de La Provence que exhibe una aromática fragante y delicada a la vez, donde se perciben frutas blancas de hueso, frutos rojos ácidos, cáscara de granada, flores, frutos secos tostados y dejos de levadura. Hay en su hechura mucha sutileza e incluso algo de austeridad, y, por ende, mucha elegancia.
El futuro
Actualmente y con las cepas implantadas la familia Bertola está realizando distintas pruebas experimentales probando vinos distintos con el objetivo de adoptar en el viñedo las decisiones más adecuadas para el crecimiento y desarrollo del proyecto de cara al futuro. Consiguieron en estos años crear un producto de excelente calidad y conocer en profundidad los caracteres identificativos del espacio geográfico donde se desarrollan.
Queda por delante dos nuevos desafíos: aumentar la cantidad de vides plantadas para elaborar más volumen (actualmente tienen una producción de 4.500 botellas de extra brut) y generar un espacio propio donde realizar las vinificaciones.
Los vinos de bodega MyL Colores pueden adquirirse en la ciudad de Bahía Blanca, contactandose con Musa Vinos de Autor (IG @musavinosdeautor) y próximamente serán comercializados en Monte Hermoso.