Ubicado al este del balneario, a 7 millas de la desembocadura del arroyo Sauce Grande, es el faro más elevado del litoral marítimo argentino.
Recalada, con sus fieles cimientos hundidos 9 metros por debajo de la superficie del terreno, indica el ingreso a la Bahía Blanca desde el 1 de enero de 1906.
Por su altura, Recalada a Bahía Blanca ocupa el primer lugar en Sudamérica entre los faros de estructura abierta; y los terrenos en los que se erigió, antiguamente privados, fueron cedidos al gobierno para ser su asiento.
Con 67 metros de altura, 3 de elevación y una altura focal de 75 metros, Recalada a Bahía Blanca es un faro de largo alcance. Es un símbolo para los montermoseños y turistas.
El 1 de abril de 1999, en el marco de las actividades por los 20 años del municipio, se construyó un Museo Naval al pie del faro que año tras año es visitado por centenares de personas.
Su construcción se decidió en 1904. Los materiales que se utilizaron fueron provistos desde Francia por la misma empresa que se hiciera cargo de la construcción de la torre Eiffel.
Su ensamble en locación fue dirigido por el ingeniero Luis Luiggi, quien también dirigió la construcción de la Base Naval Puerto Belgrano, por entonces puerto militar, en Coronel Rosales.
Recalada a Bahía Blanca es un faro de estructura abierta, conformado por una torre con un cilindro central de hierro de 1,50 metros de diámetro y 8 columnas de hierro fundido. La escalera que posee en su interior es de hierro en caracol con 293 peldaños.
Su nombre es descriptivo del sitio en el que está emplazado, auxilia al navegante y lo ayuda a posicionarse.
Foto, Faro Recalada desde el aire, Néstor Machiavelli