Nacido como un instrumento destinado al rescate de uno de los sectores más golpeados por la pandemia, su continuidad está en discusión.
Ya para la última edición hubo prolongadas negociaciones en el seno del gobierno que demoraron su lanzamiento, derivando finalmenente en su puesta en marcha con una versión encogida y acotada, como analizamos en su momento.
Como se sabe, el programa de incentivo al turismo otorga altos subsidios a los adherentes, que inciden en las cuentas públicas sumando al déficit que las autoridades parecen ahora empeñadas en reducir.
El ministro del área, Matías Lammens, defiende esta política sosteniendo, no sin algo de razón, que la reactivación del sector redunda en mayor recaudación, claro que sin equilibrar las cuentas.
Convencido y dispuesto a dar pelea por su continuidad, se apuró a comunicar que «Previaje se consolidó con esta tercera edición como la política pública más importante de la historia del turismo en nuestro país. En la Argentina este año no va a haber temporada baja. Los destinos trabajaron todos los meses del año con excelentes niveles de ocupación».
Además, el ministerio que conduce Lammens se apuró a publicar cifras rimbombantes del reciente Previaje 3: “Tendrá un impacto superior a los 35 mil millones de pesos para la temporada baja y un millón de turistas disfrutarán de esta edición”.
Informó también que más del 52 por ciento de los gastos corresponden a agencias de viajes, el 25 a alojamientos, el 17 a transporte aéreo y el 3 por ciento a transporte terrestre.
Resignación
Aunque con indisimulable resignación, Lammens aparece dispuesto a seguir insistiendo para evitar que su iniciativa quede en el recuerdo: «El Previaje llegó para quedarse, pero se apuntará a las temporadas bajas, no habrá Previaje para este verano ni para las vacaciones de invierno, pensamos que será útil para todo lo que sea temporada baja», señaló recientemente.
Cuenta con el acompañamiento de los dirigentes de la Cámara Argentina de Turismo, entusiasmados con la idea de que el programa aporte un impulso a las «contratemporadas», es decir los meses de abril, mayo, junio, y luego en septiembre, octubre, noviembre.
Sin embargo, evaluando el resultado del Previaje 3, el presidente de la regional Bahía Blanca de la Asociación de Agencias de Viajes y Turismo, Gabriel Cintioli, lo acaba de calificar como “una farsa”.
Lo explicó así: “Los tiempos eran muy cortos, casi inexistentes. En los otros Previaje no teníamos límite de tiempo para vender, no había problemas, pero este fue un fracaso, no para los grandes pero sí para las pymes”.