“Llegué a trabajar días enteros sin dormir, a hacer entre 7.000 y 10.000 kilómetros por mes, viajando de un lado al otro, comiendo en la ruta, pero reaccioné a tiempo y antes de volverme loco decidí cambiar, y en ese momento empecé a ver con buenos ojos la posibilidad de vivir en Monte Hermoso”.
Un párrafo alcanzó para describir lo que fue y el cambio que experimentó la vida de Sergio Roberto García, nacido y criado en el campo pero bendecido con una visión emprendedora que, según él, fue afinando con el paso del tiempo y la experiencia adquirida.
Amante de cualquier desafío donde entre en juego la veta comercial, este hombre de bien de 57 años, que se dedicó a la compra y venta de autos, tuvo carnicería, almacén y hasta manejó una confitería en pleno centro de su Indio Rico natal, parece haber encontrado su guarida final.
“Cuando cumplí los 45 mi mente se proyectó instantáneamente hacia esta ciudad; mi idea era activar algún negocio acá y ver la posibilidad de construir una casa para poder mudarme con la familia”, empezó contando el actual propietario de la mueblería -y colchonería- El Principito, con sede en el corazón del centro montermoseño: Peatonal Dufaur y Costanera.
“En 2011 hice el clic, un cambio emocional me despertó una vida paralela a la que ya traía; para bien, por supuesto. No podía seguir en la calle todo el día como bola sin manija, era mucho trabajo y cero placer. La agencia de autos, en Tres Arroyos, fue un negocio rentable, pero sumamente demandante. Del campo pasé a ese rubro por conveniencia económica y permanecí en el mercado durante dos décadas, hasta que el físico me empezó a pasar factura y no hacía más que dormir en los pocos ratos libres que tenía. Terminaba fusilado, no disfrutaba y la estaba pasando mal”, prosiguió quien desde 2023 reside en su propio hogar del barrio Las Dunas.
“La casa la empecé de cero en 2011, a paso lento pero siempre avanzando. En 2016, con mi señora (Vanesa Copló), pusimos un local de ropa, bastante chico, que solo se abría en temporada, pero que nos hizo generar un vínculo con Monte Hermoso y estar acá todos los veranos. A fines de 2019 encaramos el proyecto de la mueblería y ese mismo año tomamos la decisión de que Monte iba a ser el destino final de nuestras vidas y las de nuestros hijos (Joaquín, de 12, y Micaela, de 9)”, contó a modo cronológico.
“Seguía abocado al campo (El Piquillín, distante a 10 kilómetro del caso urbano de Indio Rico), aunque decidí apostar a un desarrollo comercial propio en Monte”, argumentó mientras se comunicaba con la sucursal de El Principito en Bahía Blanca, en Estomba 256 y que inauguró en mayo de este año.
– ¿Y por qué Monte Hermoso?
– Fue siempre la cita obligada de todos los veranos, tradición que conocí de mis abuelos, de mis padres y que tuvo continuidad en mis hijos. Ellos se criaron en el mar mientras yo iba y venía a Indio Rico, donde todavía vive mi mamá (Mary, de 82 años) en la antigua casona familiar.
“Me encanta interactuar con el mar, sentir la paz que transmiten los pájaros a la mañana y darle valor a las cosas simples de la vida. Además dejo la camioneta con la llave puesta en la puerta y duermo tranquilo toda la noche; es como estar en mi pueblo pero con la playa a 400 metros”.
– El paraíso al alcance de la mano.
– Tal cual. Quiero que mis hijos crezcan y se desarrollen en una sociedad sana, en un lugar seguro como acá, que les permite andar solos y sin problemas a cualquier hora del día. Con Joaquín vamos a pescar a la laguna, charlamos mucho, somos compinches, eso es lo que me motiva estar en un lugar como Monte, que a esta altura no lo cambio por nada.
– ¿Es cierto que tenés un hábito matinal que no negociás por nada del mundo?
– ¡Sí!… A las 6 de la mañana abro la mueblería y por el ventanal contemplo el amanecer sobre el mar con un mate en la mano. Es un placer que me llena el alma antes de arrancar con la misma rutina de todos los días.
“Pasado el mediodía, la caminata por la playa hasta el faro es sagrada, acompañado de mi señora y después de dejar a los chicos en la Escuela (la Secundaria 1). El contacto con la arena te desconecta de la realidad por un tiempo que a veces querés que no termine nunca”.
– ¿Apagás el celular durante esa caminata?
– Desactivo todas las funciones vinculas a lo laboral y conecto los auriculares para escuchar música. Solo le presto atención si es una llamada importante de algún familiar o allegado. El celu es una herramienta de trabajo; aprendí a que sea complementario y no esencial en mi vida.
– En algún momento amagaste con un proyecto inmobiliario de cabañas en Monte, ¿quedó en la nada?
– Se encuentra en el barrio parque Dufaur, a cuatro cuadras de la playa, y está a medio desarrollar. El proyecto abarca 8 cabañas y se frenó por el avance de la inflación y la imposibilidad de seguir invirtiendo dinero. Una vez que esté afianzado el mercado inmobiliario y que yo tenga decidido el nombre, iremos por la transformación de ese activo en un espacio para la venta.
“Me encantan los desafíos, sentir la adrenalina cuando estás por asumir un riesgo; descubrir nichos con posibilidades comerciales que nadie ve. A partir de ahí avanzar con la seguridad de saber que todo va a funcionar”.
Nunca es tarde para estudiar
“Me falta poco para terminar la carrera de martillero público, siento que debo tener la validez de un título para poder ejercer una profesión a la que pienso dedicarme, porque cuando me reciba la idea es poner una inmobiliaria en Monte que me de tranquilidad económica y el bienestar de tener todo en un mismo lugar”, sentenció Sergio, asociado con Juan Carlos para el manejo de las mueblerías, la de Monte y la de Bahía.
“Además contamos con la ayuda de mi hermano Martín y tres empleados”, sostiene este apasionado de todo aquello que tenga que ver con vender, gestionar, buscar, investigar, conseguir o simplemente negociar.
«Quiero que mis hijos crezcan y se desarrollen en una sociedad sana»
– En algún momento, ¿se evaluó la posibilidad de ir a vivir a Bahía?
– No; pusimos una sucursal (se inauguró en mayo de este año) porque es una buena vidriera para gente que va y viene todo el tiempo, pero mi base de operaciones es y será siempre Monte Hermoso. Una vez, en la playa, sentado abajo de la sombrilla con mi papá (Roberto, fallecido el 22 de diciembre de 2023), él me preguntó: “¿estás cómodo acá, vivís bien en Monte? Le respondí: “no me desvela el hecho de viajar a Europa o al Caribe, mi lugar en el mundo es este, elijo estar donde más feliz me siento”.
El Principito es una mueblería modelo en líneas de living y comedor, además de una variedad de marcas en colchones nacionales a buen precio de mercado.
“Compramos directo en distintas fábricas y nos caracterizamos por equilibrar la relación precio-calidad. Por los diferentes cambios en las reglamentaciones, no estamos importando, pero es un desafió para el 2025”, indicó García, ¿el de la guía?, no el de la mueblería.
– El que se viene a vivir a Monte, ¿qué consejo pide o cuál es su consulta al momento de pretender amoblar su casa o departamento?
– Las preguntas son variadas. Nos sorprendió que nos hayan conocido más por el boca a boca de los clientes o por la relación precio-calidad que te decía que por la campaña publicitaria que realizamos, que fue un fracaso y no estuvo a la altura de lo que el negocio necesitaba. La gente se está dando cuenta de que en Bahía no está más barato que en Monte; es más, muchos se sorprenden cuando ven con sus propios ojos que acá las ofertas son mejoradas o superadas.
“Muchos manifiestan que no conocían la mueblería, que pasaron por Bahía y compraron ahí porque vienen de La Pampa, Neuquén o el sur del país. No hay secretos, es difícil competir ante una mega ciudad con puerto y de casi 400.000 habitantes, pero nosotros siempre apostamos a estar por debajo de los precios de la competencia”.
– ¿Están abiertos todo el año?
– Sí, de lunes a lunes. Es muy común llegar a Monte un fin de semana y necesitar algo de lo que no pudiste o te olvidaste de traer. La atención es prioridad, y no por teléfono, la solución tiene que ser rápida y en el local comercial, por eso no cerramos nunca, sobre todo en temporada, donde un sábado o domingo se puede vender más que un día de semana. Debemos cambiar la mentalidad de los que vienen a vacacionar: antes de viajar a Bahía a comprar, eso mismo y a igual precio o mejor lo pueden conseguir en Monte Hermoso.