Varias son las conclusiones que a simple vista nos permiten reflexionar, pensar y suponer, que –de hecho– hay menos peces en el mar.
Según investigadores especializados en el tema, varios son los factores que se mueven para que esto sea así, y hay conceptualizaciones desconocidas o equivocadas que hacen suponer que el problema está donde realmente no está.
Se han realizado numerosas investigaciones en el marco de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), que obtiene datos de sus países miembros.
Pero hay menciones que no ingresan en esta base porque no parecen significativos (como la pesca artesanal de los pescadores locales o la pesca en los arrecifes; la pesca que es para alimentación directa) o porque algunos países mienten para obtener rédito político.
Todos sabemos que China es uno de los mayores depredadores marinos y no tiene estadísticas, y las que brinda no son nada creíbles.
¿Cuál es el total de la pesca mundial? Según los últimos datos –que no son actualizados– alcanzó su máximo con 130 millones de toneladas, que proporcionan el 5 por ciento de las calorías que necesita el mundo. Y es el 20% de la biomasa mundial de peces.
Estos parecen fríos números y no alcanzamos a dimensionar su peso o su alcance. Pero podemos agregar algunos datos más pequeños pero que forman parte de ese todo. Los peces grandes, como los tiburones, se han reducido en un 70%, la población de los océanos está cambiando a una población de peces más pequeños.
La reducción de bacalao ha permitido el resurgimiento del camarón, del cangrejo y la langosta, y estas especies dejan mucha más ganancia con su explotación. El dinero por la pesca que ingresa es para los barcos industriales, que son pocos en comparación con toda la flota pesquera mundial.
China se beneficia con el 60% de la acuicultura mundial. La mayoría de la producción de mariscos son moluscos (almejas, ostras). Estos son invertebrados y no hay que alimentarlos. Se alimentan solos.
Pero en occidente, la acuicultura se refiere mayoritariamente al salmón y otros peces carnívoros a los que hay que alimentar con harina de pescado. Y se necesitan entre 3 y 4 kilos de peces pequeños para producir un kilo de salmón. Entonces, en este caso, la acuicultura consume peces, no los produce.
En África occidental la gente comía sardinas, pero ahora les conviene exportarlas como harina de pescado.
Áreas marinas protegidas
Son lugares donde la pesca está legalmente restringida o prohibida por completo. Protegidas por conservacionistas, combatidas por la industria pesquera. El punto es que en estas zonas la población marina se recupera ya que la pesca está controlada. Generalmente, en estas zonas, se pueden ver a los barcos pescando justo en el borde de una AMP, porque allí capturan muchos peces.
Compromisos mundiales
En diciembre de 2022 más de 190 naciones se comprometieron a proteger el 30% de la tierra y el 30% de los océanos para el 2030 (campaña 30×30). Es una idea loable y si se cumple se vería reflejado rápidamente. Pero los expertos opinan que los países la suscriben pero no la cumplen. Es decir, mienten.
Pesca comercial en altamar
La altamar constituye el 60% del océano mundial, pero menos del 10% del pescado que se captura en todo el mundo. Es decir que se trata de una zona inmensa que produce muy poco.
Allí se pesca mayoritariamente atún y calamar. En la actualidad el atún lo capturan Japón, Corea del Sur, Taiwán, China, España. Esto no resulta equitativo pues no pueden acceder otros países al atún. Por eso la propuesta es las zonas económicas exclusivas.
Zonas económicas exclusivas (ZEE)
En particular, casi todas las especies que se capturan en altamar pasan también a las ZEE, donde podrían pescarse. Si se cerrara la altamar a la pesca, seguirían existiendo las mismas capturas globalmente; se produciría menos gases del efecto invernadero si los barcos no tuvieran que alejarse tanto.
Habría menos esclavitud en el mar porque todo se podría hacer dentro de las jurisdicciones naciones que pueden ser mejor controladas. Y las poblaciones de peces serían mucho más sostenibles, porque habría una zona muy amplia donde podrían recuperarse, sostienen los expertos.
Las ZEE son norma en el planeta tierra. También suscriben a la Convención sobre el Derecho del Mar y las ZEE (1982) e incluye –entre otras cosas– la propuesta que es muy común en los países latinoamericanos, de tener autorización para pescar en aguas costeras y pagar un canon.
Cambio climático
Otro punto de importancia y urgencia es el cambio climático. Con referencia a los peces, estos se están desplazando hacia los polos porque los océanos se están desoxigenando lentamente debido a que las aguas se van calentando. Los peces necesitan más oxigeno pero el agua no puede retener más oxigeno debido al calentamiento. Se produce el efecto invernadero y si no se resuelve este problema el mar será hostil a las formas de vida superiores. Habrá peces cada vez más pequeños en unas pocas zonas donde puedan sobrevivir.
Así que las problemáticas son variadas y requieren un abordaje integral inmediato. El efecto invernadero y la sobrepesca ponen en peligro el aporte de peces al mundo. Pero el hombre –que es quien tiene la potestad de decidir– debe tomar conciencia de la gravedad de este asunto y de una vez por todas controlar la pesca desmedida y el desastre acuífero que produce.