Expresiones que han sido muy utilizadas, como tantas otras, es menos frecuente escucharlas ahora, sobre todo en las metrópolis; sin embargo, suele resultar atractivo conocer el modo en que se fueron estructurando en su origen.
La chancha y los veinte
Para referirse al afán desaforado por quedarse con todo nació la frase criolla «querés el chancho, la chancha y los veinte chanchitos», que con la llegada de los frigoríficos derivó en «la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos», hasta quedar la versión abreviada «querer la chancha y los veinte».
El oro y el moro
Con el mismo significado, el de una pretensión desmedida, la frase refiere a alguien que intenta conseguir más de lo que le corresponde.
Dicen que nació tras un hecho, durante las guerras de la Reconquista en España, en el que los caballeros jerezanos capturaron cincuenta moros notables, entre ellos el alcalde de la ciudad malagueña de Ronda, Abdalá, y su sobrino Hamet.
El alcalde obtuvo pronto su libertad mediante el pago de una importante suma de dinero. El Rey Juan II de Castilla intercedió para solicitar la liberación de Hamet, pero los caballeros exigían el pago de cien doblas de oro, por lo que comenzó a decirse que se querían quedar con «el oro y el moro».
Por hache o por be
Cuando alguien dice que «por hache o por be» no ha podido hacer algo se refiere a que fue por causas o circunstancias indeterminadas. Equivale a «por una cosa o por otra», «por esto o aquello».
Parece estar originado en la dificultad para saber si una palabra se escribe con hache o no, si va con be o con ve. A quién no le han corregido en la escuela una hache o una be mal utilizadas…
Otra versión, también referida al ámbito escolar, alude a los famosos lápices alemanes de marca «HB».
Entre pitos y flautas
Emparentada a la anterior, se refiere a entre una cosa y otra, entre esto y lo otro, por un motivo o por otro, aunque también puede tener el sentido de muchos objetos pequeños y banales que han costado demasiado dinero para lo que son o cuestiones insignificantes que hacen perder tiempo.
Expresión popular en España y en Argentina y Uruguay, se refiere a cosas pequeñas y sin importancia, aludiendo al gasto de dinero. Y también referido al tiempo que se ha perdido en cuestiones fútiles.
¿Por qué pitos y por qué flautas? Si bien hay algunas versiones poco creíbles, lo cierto es que «por hache o por be» no se ha podido precisar el origen de esta frase.
A troche y moche
Gastar alocadamente, despilfarrar. El origen se sitúa en la cultura de los leñadores, donde se habla de hachar a troche y moche, es decir, talar bosques naturales sin pensar en el futuro.
Viene de los verbos trocear y mochar.
Lo han ejemplificado por lo ocurrido en Santiago del Estero a comienzos del siglo XX cuando extensos bosques de quebracho fueron eliminados sin asegurar su reproducción.
Chaucha y palito
Todavía suele escucharse la frase «eso vale chaucha y palito» para referirse a algo que es muy barato. Sitúan el origen de esta expresión en tradiciones gauchescas.
La chaucha era un vegetal nada estimado por el gaucho, básicamente carnívoro, por lo que ese vegetal equivalía a cosa de poco valor, desechable. Palito alude al de la yerba, al que flota en el agua del mate mal cebado. Sumados en la expresión, ambos elementos, desconsiderados por el hombre de campo, indican que algo es de muy poco valor (eso se compra por chaucha y palito).
La chancha y los veinte no tiene nada que ver con lo que decís. El dicho se refiere a las alcancías con forma de chanchito que, una vez llenas, había que romper para recuperar las monedas ahorradas. Querer la chancha y los veinte era querer las monedas pero sin romper la alcancía.
Muchas gracias Daniel por su aporte. En este, como en otros casos, los investigadores concluyen en distintos orígenes. Nuestra versión es tan válida como la suya.