Las nuevas tecnologías nos han sorprendido con los beneficios que nos ofrecen, en todos los ámbitos pero, en nuestro caso, especialmente en la comunicación. Las plataformas digitales, más allá de ofrecernos un amplio acceso al mundo en forma rápida, sencilla y barata, también dejan a la vista muchas problemáticas que no se refieren solo al uso de las tecnologías sino también a las inequidades.
En países como el nuestro podríamos decir que recién en estos últimos años hemos tenido acceso, mayoritariamente, a la telefonía celular y al beneficio de la comunicación a través de WhatsApp y de Telegram.
Debemos reconocer la importancia que tuvo en momentos y circunstancias inesperadas, como lo fue la pandemia que nos mantuvo en nuestros hogares, destacando la importancia del uso de WhatsApp mayoritariamente para el desarrollo educativo.
Pero, asimismo, visibilizó aún más las diferencias en la población en cuanto al acceso a la misma. Hoy no solamente tenemos que disponer de un teléfono sino que tiene que reunir ciertas condiciones que llevan de la mano el disponer de un ingreso económico que nos permita afrontarlo.
Cuando hablamos de brecha digital, no nos referimos únicamente al acceso a los cuatro ítems que consideramos dentro de esta denominación (electricidad, telefonía, computadora, Internet) sino que también la posibilidad de acceder o no a crear grupos y subgrupos que dejan a la vista quienes tienen acceso y quiénes no.
De la mano de esto viene, entonces, la posibilidad de comunicación y el ingreso al mundo de comunicación en forma híper mediática, como acceder a la tv digital, a plataformas como YouTube, a los portales de noticias digitales, a las radios a través de Internet que nos permiten escuchar cualquier emisora de cualquier lugar del mundo, el acceso a plataformas de películas o series. Entonces, hablar de brecha digital se vuelve importante y de necesario abordaje por parte de los estados de los distintos países del mundo y en especial de los países con menor acceso como el nuestro.
La comunicación hoy es dinámica, activa, multi medial, educativa, y permite el crecimiento a través de las narrativas desde distintas perspectivas. También podemos pensar que los viejos medios comunicacionales no están siendo desplazados (de hecho, la radio y la tv no han perdido vigencia, siguen siendo una opción útil para muchas generaciones) sino que sus funciones y su status están cambiando con la introducción de nuevas tecnologías.
Este cambio es un proceso y la incorporación de ellas es urgente y prioritaria para que la comunicación sea aún más eficaz.