Se inauguró este viernes la Fiesta de la Primavera con cierre musical para la primera noche en el escenario mayor de la Plaza Parque Gral. San Martín.
La clásica celebración, que cumple 30 años como fiesta nacional, está cambiando el estilo. Nos ofrece un parque lleno de luces, mesas y banquitos prolijamente distribuidos, en un espacio rodeado por food tracks.
Atrás quedaron los clásicos fogones de la amistad, los quioscos de las escuelas, la globa blanca donde la gente se sentaba a comer y disfrutar espectáculos en el mientras tanto. La nueva cara de la fiesta ofrece espacios amplios, abiertos, participativos, descontracturados. Una visión moderna y cuidada. Varias ofertas gastronómicas, al igual que cervezas artesanales locales y de la región.
Un escenario pequeño sobre el lado oeste y uno mayor en el lado norte aprovechando el declive natural para que todos puedan disfrutar del espectáculo.
A esto acompañan numerosos baños químicos, una ambulancia dentro del predio y otra afuera, bomberos voluntarios, guardia urbana y policía. Todos los detalles cuidados, de manera de responder eficientemente ante cualquier emergencia.
La música
Luego de este recorrido en el escenario mayor se pudo disfrutar de la apertura de la fiesta. En principio con escaso público ante el festival que brindó una artista del rock pesado, hardrock punk o rock alternativo. Lucy Patané (de Bernal, 39 años). Una propuesta en la que ella y su banda presentaron su segundo disco, «Hija de ruta».
A continuación cerró la noche Fósforo y la MH con su clásico humor y talento que no necesita nada más que su grito blusero inaugurando el escenario. Banda montermoseña que toca blues del bueno. Cinco integrantes en el escenario y unos invitados muy especiales: los chicos de la Orquesta y Coro Juvenil municipal con su maestro Ramiro García Marín.
Para el momento de la presentación de Fósforo ya el predio estaba colmado. Cientos de seguidores se dieron cita para corear cada uno de sus temas y pedir siempre uno más. Con esa conexión especial que Fósforo tiene con su gente, fue regalándoles cada canción, pensada, escrita y tocada en blues genuino y local, pero también un poco de rock and roll.
Sobre las 23 el show llegó a su fin. Ya la noche estaba fresca pero todos se fueron del lugar con una gran sonrisa y tarareando el último tema que nos regaló, “Blues de la cabeza a los pies”, el clásico que los define.