“La idea es copar Monte Hermoso, poner un shopping de la pintura idéntico a este, con un stock de 20.000 productos y que el que tiene su casa o su proyecto en Monte tenga todo a disposición como para no depender más de Bahía Blanca”.
En una frase lo dijo todo. Mientras ordenaba algunos catálogos y acomodaba remitos y listas de pedidos, Miguel Emilio Nardone, sentado ligeramente en el “sillón presidencial” de su oficina, en el amplio salón de Centro Store en Bahía (Chile 1739), tiró una bomba que solo él sabe cuando puede llegar a estallar.
“Por ahora son solo gestiones, pero mi idea sigue siendo desembarcar en Monte Hermoso en 2025. El proyecto es serio, y lo queremos hacer bien”, señaló este empresario de 55 años, divorciado, sin hijos y con “pinta” de buen jefe según Silvia y Leandro, los empleados que iban y venían por el galpón de 1.500 metros cuadrados repleto de estanterías que mezclan latas con elementos de ferretería.
Hijo de Susana Maschmann y Gino, su pasión por la pintura la conoció a “nada” de haber nacido, en ese mágico momento en que dijo “mamá” por primera vez. El negocio original de la familia, ubicado en Rincón 2157 (Ferretería Rincón), fue fundado en 1969 por su padre, quien a los 78 años todavía sigue al pie del cañón como referente comercial.
La empresa se fue ramificando en distintas sucursales y hoy Miguel se encuentra al frente del Grupo Nardone, que incluye a la pinturería del mismo nombre, a Centro Pinturería (Lavalle 30 y Rivadavia 98 de Punta Alta) y a Centro Store, que el 1 de febrero cumplió tres años como única marca bahiense.
– Sigamos con la posible apertura de un shopping de la pintura en Monte Hermoso; muy loco, ¿no?
– Nosotros contamos con venta directa en una amplia región del sur bonaerense, y con Monte venimos trabajando mediante contactos directos -vía redes sociales- o por pedidos a nuestra vendedora (Anahí Larsen), quien también cubre Coronel Dorrego. Las visitas a nuestra página web son constantes y la entrega de mercadería se coordina con el cliente: o la viene a buscar o se la enviamos.
– ¿Existe algún local en vista para tamaño emprendimiento?
– Al tener tanta variedad de marcas y productos, necesitamos un espacio grande, y hasta ahora no lo hemos podido encontrar.
Además de la pintura, brindamos asesoramiento industrial y nos encargamos del manejo de cualquier tipo de obras. De poner un local en Monte, tiene que ser de las mismas características que el que tenemos en Bahía. No debe faltar nada y el cliente no puede notar diferencias de calidad ni de precios.
– Algo así como entrar, consultar, comprar y recomendar.
– Tal cual. El cliente debe quedar conforme. Lo que pida, lo tiene que tener en el instante. Somos representantes exclusivos de varias marcas y siempre vamos en busca del mejor servicio. A medida que crecimos como empresa también perfeccionamos el rubro y ampliamos el sector comercial, porque de nada sirve que te hagas cada vez más grande si después no tenés lo que te vienen a pedir.
“Hoy, la extensa demografía de Monte te exige a perfeccionarse y profesionalizar a todos los que trabajan con uno. Nos mantenemos comunicados con gente del oficio y contamos con todos los medios de pago, que no es poco decir. Más allá de un buen precio, al cliente hay que ofrecerle todo lo que necesita en una sola operación y en menos de un minuto. En Monte debemos mantener nuestra esencia, lo que somos, que no exista `la semana que viene te lo traigo´. Se entiende, ¿no?
– Sí
– Te doy un ejemplo: contamos con molduras de interior y exterior, zócalos y pisos flotantes, y si alguien en Monte te pide el combo, no le podés fallar, y mucho menos subestimarlo. Además, la mayoría de esos potenciales clientes van a ser de Bahía, que ya nos conocen.
“El objetivo es lograr la excelencia en el servicio, conseguir que el que nos compra a nosotros no recorra diez lugares buscando ofertas o buena atención. Todo en un solo lugar, esa es la premisa”.
– Se te nota por demás entusiasmado
– No hay nada peor que hacerle perder tiempo al cliente, y más en los tiempos que corren, donde el tiempo tiene tanto valor como la vida misma. Hay que optimizar eso que hoy tanto le falta o no logra administrar la gente.
“Te repito, instalarme en Monte y decir `esto lo llevo y aquello no´, es arrancar mal. Además, y es necesario aclararlo, el que compra y hace toda la operación en Monte se ahorra el hecho de viajar a Bahía o de pagar un envío”.
En constante profesionalización
Apasionado de la historia argentina y avezado en temas políticos, Miguel confirmó que, de arrancar en Monte, la organización es fundamental, sobre todo cuando una obra ya está en marcha y debe recibir mercadería todos los días.
“Tenemos que estar preparados para eso, porque cada trabajo en marcha exige un movimiento de todas las partes. Si una falla, la obra se para, y en ese momento te hiciste una fama que después no te la saca nadie. Los materiales deben estar en tiempo y forma”.
Y agregó: “La coordinación entre el capataz con los que ejecutan la mano de obra y los proveedores de materiales debe ser perfecta. Es la única manera de subsistir y que te sigan eligiendo”.
Suele frecuentar el balneario en épocas de obra y le escapa al verano, a la acumulación de gente y al ruido de todos los días en esos dos o tres meses de temporada estival.
“La playa es espectacular en cualquier momento del año. Muchos me dicen que estoy loco, me preguntan porqué voy entre marzo y noviembre, y siempre les doy la misma respuesta: me encanta disfrutar del mar, y para eso no necesito tener gente a mi alrededor.
– Supongamos que vas un 20 de agosto, ¿te metés al agua?
– Sí, tiene que hacer mucho frío para no entrar a bañarme. Si la temperatura ronda por los 20 grados, me animo.
– Definitivamente estás loco… (risas)
– Hay que motivar al turista o al emprendedor a que vaya a Monte en los meses menos concurridos. Para eso es necesario apostar a un emprendimiento industrial que posicione a Monte como una ciudad y no como un balneario de verano.
“Más allá de su buen presente, Monte debe pensar en el gran futuro que tiene frente a sus ojos. En el corto plazo veo a una ciudad con vida propia, independiente, con población estable y sectores públicos y privados activos durante todo el año. De Necochea para arriba muchas localidades al borde del mar crecieron por sus propios medios, ¿por qué Monte no?”
“Nadie iba a pensar que en 2024 Monte iba a tener 10.000 o más habitantes, aunque en temporada de verano alberga a 200.000 personas. No para de crecer, pero la realidad indica que para desarrollarse como ciudad necesita que más gente lo elija para ir a vivir”.
“Si después de los dos meses fuertes de verano (enero y febrero) frenás a la ciudad de golpe, se produce un cimbronazo con un alto contenido de mantenimiento. Logrando repartir a la gente a lo largo del año, vas a conseguir mayor sentido de pertenencia, más infraestructura y un mejor desarrollo urbanístico. ¿Por qué lo digo? Porque es muy caro mantener a una ciudad con cuatro meses de uso”.
– Si algo caracteriza a Monte es que creció en silencio
– Claro, comparto, ahora le falta profesionalizar ese crecimiento, que gente idónea en oficios o entendidos en una determinada actividad o profesión elijan llevar su vida a Monte. El que compra una casa no consigue gente para hacerle el mantenimiento, pero todo deriva en lo mismo: si el flujo de futuros habitantes se reparte en el año, la ciudad estará activa y conseguirá la continuidad que tanto está buscando uniendo redes laborales.
“Hace poco me preguntaron: ¿Al de Monte le gusta que venga el turista? Para mi sí, porque para progresar tenés que generar ingresos y fuentes de trabajo; si hay 20 supermercados, poné otros 20 así hay más gente en relación de dependencia. De esa manera aumentará la masa poblacional y aparecerán los electricistas, carpinteros, pintores y todos los laburantes matriculados, que hoy van a Monte solo en los meses de verano”.
Y siguió: “Si vas a alquilar a Monte en invierno, no encontrás lugar pese a que están casi todas las casas y los departamentos vacíos. Es necesario dejar de pensar solo en la temporada, sé que es un tema complejo, pero para crecer se necesita un cambio de mentalidad”.
Una “pinturita”
Cerró los ojos e imaginó en voz alta: “Sería bueno que el shopping de la pintura llegue a Monte y en un futuro no muy lejano pase a ser una marca registrada de la ciudad”.
– Un sueño grande
– A nivel comercial y social nunca tuvimos la vara tan alta como este año. Dimos un salto de calidad con la carpeta de colores y la gama que ofrecemos en pinturas para autos, minería, marina, arquitectónica e industrialización. Contamos con productos para trabajar en seco y multiplicamos la cantidad de proveedores que teníamos al principio de esta historia cada vez más ambiciosa.
“Estamos presentes en la región, en 300 kilómetros a la redonda de Bahía, y a su vez asesoramos a profesionales de Neuquén, Comodoro Rivadavia y La Pampa”, aseguró Miguel mientras cargaba agua para el segundo termo de mate.
“Últimamente estoy viajando bastante, y en Monte, por lejos, es donde más se está construyendo. Donde había médanos hoy hay edificios; cuesta creerlo pero es así”.
Y retrocedió en el tiempo con un recuerdo que lo hizo muy feliz: “Mi familia tenía una casa en la calle Juan de Garay, en la de la comisaría. Para el lado del mar estaba cerrada por un médano, por lo que no podíamos ingresar con el auto, nos teníamos que bajar y caminar unos 20 metros. Te estoy hablando de hace 45 años atrás, cuando no había luz y al lado nuestro vivían los García y los Aranda. Hoy, esa cuadra, que en la parte baja se divisaba la cancha del club Monte Hermoso, se llenó de locales comerciales”.
– Cambiaron los tiempos
– Te juro que me cuesta hacer una comparación entre lugares de ahora muy concurridos con lo que había en ese sector en la década del `70. Egresé de la Escuela de Agricultura y Ganadería en 1987, y todos los 30 de noviembre, con un grupo de compañeros, íbamos a Monte a pasar una semana. La playa estaba vacía, la gente caminaba muy poco por el borde del agua y, además, era difícil conseguir un lugar abierto para ir a comer a la noche”.
– ¿Podrías hacer una “pintura” de Monte Hermoso?
– Necesito cuatro colores, uno para cada estación; la ciudad tiene que relucir todo el año, no solo en verano. Me encantaría que Monte se potencie más allá de su atractivo turístico, que se convierta en punta de lanza de la costa atlántica argentina.