La scaloneta lo hizo de nuevo.
No es fácil ganar después de ganar, dicen. En este ciclo de la selección argentina, que en septiembre próximo cumplirá seis años desde el primer partido que disputó con la conducción de Lionel Scaloni, solo perdió seis de los más de 70 encuentros que disputó.
En la madrugada de este lunes 15 de julio alzó la segunda Copa América consecutiva al ganar la final ante Colombia 1 a 0 con gol del bahiense Lautaro Martínez (goleador del torneo) sobre el final del tiempo adicionado a los 90 minutos regulares.
Conducida por Scaloni, la Argentina logró cuatro títulos en fila: la Copa América 2021 en Brasil en julio de 2021 (cortando una racha de 28 años sin títulos); la Finalíssima 2022 en Wembley; el Mundial de Qatar 2022; y ahora la Copa América 2024.
Así, el seleccionado albiceleste se convirtió en el primero de Sudamérica en ganar una Copa América, un Mundial y otra Copa América de forma sucesiva. Además, con este título obtenido pasó a liderar el ranking copero de selecciones del subcontinente con 16, una más que Uruguay.
Qué más puede decirse sobre este grupo de deportistas, que además de capaces y exitosos son ejemplares, en apasionamiento, armonía, sencillez, y sobre todo, en corrección: solo uno de ellos fue expulsado en todo el recorrido, justamente el líder dentro de la cancha en medio de una provocación de un rival chileno, sanción absolutamente inmerecida.
Un dato clave entre los cientos que pueden considerarse para cualquier análisis: solo en dos partidos de las escasas seis derrotas que lamentó el seleccionado en lo que va del ciclo, Leo Messi no integró el equipo, quiere decir que la estrella estuvo en la cancha cuando se produjeron las otras cuatro.
Pos Messi
Esa estadística pero más que nada la realidad, nos permitió hace dos años destacar otro gran logro del cuerpo técnico, cual es el de comenzar a esbozar la era pos Messi, lo que intentamos explicar en el cambio de la ecuación “Messi más 10” por la de “10 más Messi”.
Aquel esbozo ya fue plasmado. En este torneo que acaba de ganar este grupo admirable de personas y de futbolistas, Messi tuvo una lesión que lo obligó a jugar con molestias algún partido y hasta le impidió estar en uno. Y la final la ganaron sin el ídolo en la cancha ya que debió salir promediando el segundo tiempo luego de recibir un golpe que le produjo una inflamación seria en un tobillo.
Pos Scaloni
Cualquiera podría plantearse que tantas alegrías no serán para siempre, que algún día terminarán. Cierto es que nada es para siempre aunque, al margen de eventuales nuevas conquistas, esta selección ha conseguido plasmar una identidad futbolística, un concepto de juego, una entrega que emociona; que le permitió también recuperar la histórica supremacía ante sus similares sudamericanos.
El mérito indiscutible en todo este tiempo, qué duda podría caber, ha sido de Scaloni, que demostró sabiduría a poco de hacerse cargo de la conducción.
Lo bueno es que no está solo, comparte el crédito con quienes lo acompañan en su misión, Pablo Aimar, Walter Samuel y Roberto Ayala, entre los principales. Los cuatro fueron parte de otra etapa de buenos tiempos para el fútbol argentino, la de José Pékerman al frente de los planteles juveniles, desde fines del siglo pasado hasta los primeros años del actual.
Nada es para siempre, sí, pero cualquiera podría suponer que está todo dado para que la leyenda continúe en «la era pos Scaloni», porque lo más razonable sería que lo sucediera alguno de ellos y por qué no con los otros dos.