Pasadas las primeras semanas de la cuarentena, allá por el mes de abril, desde distintos canales de comunicación, redes sociales y a través de videos, circularon mensajes de desacuerdo por parte de profesionales de la salud e investigadores, en relación a las medidas que restringían poco a poco las actividades de los ciudadanos.
Este fenómeno de disidencia no ocurrió solamente en nuestro país, sino que a medida que las cuarentenas marchaban, en distintos países se manifestaban voces de desacuerdo, exponiendo distintos puntos de vista entre la comunidad científica.
Tal vez una de esas voces que más impactó, fue la del científico Michael Levitt, premio Nobel de Química en el 2013, cuando afirmó en mayo que «las cuarentenas no salvaron ninguna vida», y que, aún más, «pudieron haber causado más muertes» consecuencia de los encierros, ansiedades y aumento de otras patologías.
También se hicieron escuchar profesionales de la salud, de distintas áreas, con serias críticas a las estrictas medidas, demostrando errores y sinsentidos en determinados protocolos sanitarios que se universalizaron, como el caso del uso del tapabocas o el excesivo distanciamiento.
No cabe dudas que tales medidas fueron dejando como consecuencia, y hoy lo estamos comprobando, secuelas a nivel social muy profundas. Sirva para pensar en ello la enorme problemática que se abre a nivel educativo, en todos los niveles, o los efectos a nivel afectivo-congnitivo que se comienzan a comprobar en niños y jóvenes.
A nivel clínico, médicos de diversas áreas alertaron sobre la falta de controles de otras enfermedades en curso, pidiendo incluso públicamente a los pacientes que «salgan de sus casas» para retomar los controles necesarios para evitar problemas mayores.
Una vez más, Levitt puso en palabras esta realidad compleja: «“Creo que el verdadero virus fue el virus del pánico”, dijo. Y agregó: «Por razones que no me quedan claras, creo que los líderes entraron en pánico y la gente entró también, y creo que hubo una gran falta de discusión».
Médicos y científicos autoconvocados
En todo el mundo, poco a poco se fueron crando comisiones y agrupaciones autoconvocadas de médicos, inmunólogos, epidemiólgos y profesionales de distintas áreas de la salud y de la medicina, para aportar una mirada distinta -muchas veces muy crítica- de la que «bajó» desde la O.M.S y desde los organismos oficiales.
Como correlato, la frenética carrera por la vacuna, en condiciones inéditas de desarrollo e investigación, tanto en tiempos como en negociaciones, fue dando razón a muchos argumentos que la ciencia «alternativa» iba mostrando y denunciando.
Respuestas oficiales y diálogo necesario
A medida que estas voces fueron creciendo, los organismos oficiales justificaron su accionar en materia sanitaria y confirmaron en todos los casos las medidas y los motivos que llevaron a tomarlas.
Pese a ello, resulta claro que la sociedad necesita transparencia y no sólo «bajadas de línea», cuando se trata, sobre todo de decisiones que afectan tan directamente en la posibilidad de llevar una vida normal, según las libertades que están garantizadas para todos.
La visión alternativa
Este escenario de miradas y puntos de vistas disonantes, confluyó, -como se dijo- en agrupaciones que comenzaron a pedir su espacio para el diálogo y para aportar lo suyo.
En nuestro país, el 14 de Julio, un grupo de epidemiólogos argentinos metadisciplinarios, enviaron una carta al Presidente, en la que exponían una serie de cuestionamientos sobre las medidas tomadas en la cuarentena.
Rápidamente distintos medios se hicieron eco y convocaron al diálogo a algunos de sus representantes. Hoy, sin embargo, desde la agrupación sostienen que siguen a la espera de un verdadero debate científico y mediático, para que la población encuentre referentes confiables y pueda tomar sus propias decisiones, responsablemente.
Comunicado de los Epidemiólogos Argentinos Metadisciplinarios
Ante la falta de convocatoria y de espacios de debate, la agrupación difundió un video en el que exponen una serie de argumentos con el objetivo de informar a la población. Aquí los transcribimos:
¿Sabías que la OMS en 2009 modificó la definición de pandemia, quitándole la condición de “alta mortalidad”, por lo que debería declararse pandemia a la influenza, el dengue y a muchas más enfermedades?
¿Sabías que no existen registros históricos de que haya habido cuarentena para sanos durante una epidemia?
¿Sabías que la epidemiología nunca lleva a cabo acciones generalizadas, sino que diferencia lugares, poblaciones y tiempos?
¿Sabías que con aislar únicamente a los infectados, sus contactos y al grupo de riesgo hubiera sido suficiente para manejar la situación, dejando que los sanos mantengan su vida normal con ciertos cuidados?
¿Sabías que aunque la prueba PCR detecte material genético viral, eso no implica necesariamente la existencia de enfermedad, y que además hay varios motivos por los cuales un resultado positivo puede ser falso?
¿Sabías que la prueba PCR debe usarse para el diagnóstico de una virosis respiratoria solo en pacientes que presentan los síntomas característicos de la enfermedad?
¿Sabías que se ha decidido usar la prueba PCR de SARS-CoV-2, para los asintomáticos y que al que le da positiva se lo considera caso de COVID-19 como si estuviera enfermo
¿Sabías que realizar masivamente la prueba PCR a asintomáticos, o sea, a personas que no están enfermas, provoca un crecimiento ficticio de los números de casos, tasas de contagio y curvas de seguimiento del COVID-19?
¿Sabías que es altamente improbable que los asintomáticos puedan contagiar?
¿Sabías que no es necesario el uso del barbijo en la calle para evitar contagiarse y que incluso puede ser insalubre?
¿Sabías que los sanos que se contagian el COVID-19 a lo sumo transitan un resfrío o una gripe leve o moderada porque sus defensas impiden que se complique el cuadro, y que a su vez colaboran con la inmunidad natural grupal?
¿Sabías que las pruebas serológicas que se vienen haciendo indicarían que la mitad de los argentinos ya tenemos los anticuerpos que pretenden darnos a través de costosas vacunas, cuya efectividad e inocuidad son dudosas por los cortísimos plazos en los que se fabricarán y probarán?
¿Sabías que hay tratamientos efectivos para los casos de COVID-19 que padecen complicaciones y que, como esto le sucede a personas mayores o con patologías preexistentes, no se puede saber si los que no se recuperan fallecen ‘por’ o ‘con’ COVID-19?
¿Sabías que se ingresan pacientes a sanatorios y hospitales como sospechosos de COVID-19 por tener unas líneas de fiebre o síntomas de otras afecciones, y que en muchos certificados de defunción se coloca como causa COVID-19 sin ser esto cierto, abultándose aún más las estadísticas oficiales?
¿Sabías que anualmente en la Argentina los casos por gripe y neumonía rondan el millón y que los fallecimientos por complicaciones de las mismas superan los 30.000?
¿Sabías que los servicios de terapia intensiva públicos y privados de nuestro país suelen colapsar durante los inviernos, debido a que el sistema sanitario viene siendo cada vez más deficiente?
¿Sabías que la OMS ya no está financiada exclusivamente por los países miembros, sino que recibe importantes aportes de empresas farmacéuticas y fundaciones privadas vinculadas al negocio de los medicamentos y las vacunas?
¿Sabías que el gobierno nacional no convocó a epidemiólogos para recibir su asesoramiento y, en cambio, se rodeó de infectólogos, algunos de ellos con conflictos de intereses?
¿Sabías que científicos y periodistas son hostigados y censurados por disentir con el relato oficial, y que se ha constituido un movimiento mundial bajo el nombre “Médicos por la Verdad”?
¿Sabías que los DNU que nos obligan a un aislamiento que se inició en marzo, por los que se detuvo y procesó arbitrariamente a miles de argentinos, son absolutamente inconstitucionales, y que sus perjuicios sanitarios, educativos, económicos, sociales, psicológicos y emocionales son tan severos como insostenibles?
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